FUERA DE TONO

Alfonso Romo mintió

Los conflictos de interés del exjefe de Oficina eran tan evidentes que iban a generarle un problema al Presidente

OPINIÓN

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Hernán Gómez Bruera / Fuera de Tono / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Empeñada en justificar el discurso de un gobierno antiempresarial, un sector ha lamentado la salida de Alfonso Romo del gabinete cual si fuese un indicio irrefutable de radicalización. 

En realidad, su partida debe celebrarse porque el empresario representaba una grave contradicción para la narrativa central de la llamada Cuarta Transformación: la separación entre el poder económico del poder político. Los conflictos de interés del exjefe de Oficina eran tan evidentes que, a la larga, iban a generarle un problema al Presidente. 

En un documento emitido por la autoridad reguladora de las casas de bolsa en EU (FINFRA) se puede ver cómo en agosto de 2019, Consuelo Lourdes Garza Lagüera de Romo, esposa de Alfonso Romo, se había convertido en la beneficiaria activa de entre 25 por ciento y 50 por ciento de la Casa de Bolsa Vector. En su momento esto fue dado a conocer en el portal ChedrauiLeaks, aunque ningún medio lo retomó (ver https://bit.ly/37xxBu6).

El que un jefe de la oficina de la Presidencia, con acceso a información privilegiada, sea el dueño disfrazado
de una casa de bolsa es un hecho grave. Romo, sin embargo, decidió ocultarlo. Decidió no transparentar su conflicto de interés. 

En tres sucesivas declaraciones patrimoniales mintió: lo hizo en enero de 2019, en la de mayo de ese mismo año y en la de 2020. En las dos primeras puede leerse que donde dice “participaciones económicas o financieras del declarante, cónyuge, concubina o concubinario y/o dependientes económicos”, Romo responde: “ninguno”. 

En la última declaración, aunque en el nuevo formato ya no se incluía la pregunta del cónyuge ni del dependiente económico, el conflicto de interés está implícito de acuerdo al marco legal. Además, en su declaración Romo nuevamente negó un conflicto de interés, pues en los dos últimos años tuvo participación en una empresa.  

Habiendo rendido su declaración en mayo de 2020, Romo debió responder por sus actividades “hasta los dos últimos años”, como se pregunta en el formato. Y en mayo de 2018, el empresario todavía despachaba en la oficina del director de Casa de Bolsa Vector. En realidad, nunca dejó de hacerlo; es sabido que atendía asuntos públicos en sus oficinas.

Según la Ley General de Responsabilidades Administrativas se considera conflicto de interés la “posible afectación del desempeño imparcial y objetivo de las funciones de los servidores públicos en razón de intereses personales, familiares o de negocios”. 

La expresión “posible afectación” es clave, pues, el que un funcionario tenga un conflicto de interés, no quiere decir que haya cometido o vaya a cometer un ilícito. Sólo implica que podría inferirse una potencial afectación a su desempeño como funcionario público “en razón de intereses personales, familiares o de negocios”. Por eso es importante transparentarlo.

¿Por qué Romo decidió ocultarlo su conflicto de interés? ¿Por qué mintió? 

POR HERNÁN GÓMEZ BRUERA
HERNANFGB@GMAIL.COM
@HERNANGOMEZB