Después del bochornoso y hasta humillante espectáculo que el gobierno de México y la sociedad presenciamos con el sorpresivo arresto en Estados Unidos del ex secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, a quien la DEA acusó de supuestos delitos como tráfico de drogas, lavado de dinero, protección a cárteles de la droga… el presidente Andrés Manuel López Obrador envió al Senado de la República una iniciativa de Ley para regular las actividades, algunas subrepticias, que desarrollan agentes de gobiernos extranjeros.
Para nadie es un secreto que desde hace décadas operan en México —a sus anchas y en muchos casos violando las leyes mexicanas— más de una docena de organismos que realizan espionaje por cuenta del gobierno de los Estados Unidos en diversas áreas. Además de la DEA, lo hacen la CIA, el FBI, el Departamento de Comercio, el de Agricultura, entre otros. Intervienen teléfonos, espían a personajes de la clase política, recopilan información que es enviada a Washington donde es procesada y utilizada para la toma de decisiones que afectan a nuestro país desfavorablemente.
De ahí pues lo relevante de la iniciativa que, como explica el Senador Ricardo Monreal en un “decálogo”, tiene el propósito de “Regular las actividades de enlace para el intercambio de información con autoridades mexicanas que desarrollan agentes del extranjero en el marco de los convenios y programas de cooperación bilateral suscritos por el Estado mexicano en materia de seguridad, y que contribuyan a preservar la seguridad nacional”.
Pretende también, establecer la definición de agentes del extranjero, a fin de especificar que se trata de personas funcionarias del exterior que en sus países de origen ejercen funciones policiales, de inspección o de supervisión de las leyes, y otras disposiciones de carácter técnico especializado o reglamentario. En el marco de la cooperación internacional, las embajadas y misiones extranjeras acreditadas en el país deberán informar por conducto de la Secretaría de Relaciones Exteriores los hechos de que tengan conocimiento en el desempeño de las funciones derivadas de los convenios y programas de cooperación bilateral suscritos por el Estado mexicano en materia de seguridad, y que contribuyan a preservar la seguridad nacional.
Otro punto del decálogo es “limitar la actuación de agentes del extranjero únicamente al desarrollo de las actividades de enlace para el intercambio de información con autoridades mexicanas, en términos de lo dispuesto en la acreditación que se hubiese expedido a su favor”.
O sea, nada de espionaje, intervenciones telefónicas a ciudadanos mexicanos y menos a funcionarios y exfuncionarios del gobierno; ni secuestros de personajes, ni actividades subversivas y operaciones clandestinas.
AGENDA PREVIA
Los “ricardos” del campo mexicano, agrupados en el Consejo Nacional Agropecuario, renovarán la presidencia de ese organismo, que actualmente ocupa Bosco de la Vega. Entre los candidatos a sucederlo está Vicente Gómez Cobo, productor lechero, ganadero y agricultor quien en los asuntos con el gobierno federal y con el Legislativo que atañen al sector ha demostrado un alto y eficaz nivel de interlocución. Gómez ha recorrido todo el país y conoce a todos los miembros que integran el Consejo.
POR LUIS SOTO
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