CON H DE HACHA

El partido de la muerte

Son los agoreros de la desgracia ajena, que tan pronto gritan ¡corte! se van a festejar a sus fiestas privadas

OPINIÓN

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Jorge Avilés/ Con H de hacha/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

El lunes murió Armando Manzanero. El cantante y compositor yucateco falleció a los 85 años luego de ser hospitalizado por Covid-19 y el Partido de la Muerte tuvo su festín. Como buitres que se frotan las patas saboreándose las malas noticias: triunfalistas, salen a cantar los muertos y a regañar al “pueblo ignorante” que simplemente no entiende eso de “quédate en tu casa”: ¡Ignorantes y desconsiderados! Para ellos no existe otra explicación más que esa. Pero no es tan fácil.

“¡Ya llevamos 120,000 muertos!”, exclaman en sus noticieros como si estuviéramos compitiendo en los juegos olímpicos. Ya se murió tal o cual celebridad y a buscar culpables: que si el PRIAN, que si Gatell, que si MORENA. Que si no llega la vacuna, porque no llega, y que si llega porque no llega como quieren que llegue. Parecería que hasta lo disfrutan, ya ni disimulan.

A ellos se refiere el magnate Ricardo Salinas Pliego cuando habla del Partido de la Muerte. A esos agoreros de la desgracia ajena que tan pronto gritan ¡corte! se van a festejar a sus fiestas privadas pero eso sí: por debajo de la mesa, como ratas, para poder regresar el lunes temprano por la mañana a cerrar la ciudad y a regañar a los más pobres por tener el atrevimiento de querer abrazar a su familia por haber sobrevivido al peor año del siglo, agradecerle a sus vírgenes por mantenerlos vivos o por el simple hecho de no tener un trabajo que les permita quedarse en sus casas.

Y por supuesto que no se trata de negar los peligros de este bicho chino que se ha llevado ya a muchos de mis amigos, nada me parece más inútil que eso. El virus existe y está viviendo entre nosotros, pero también el miedo y no nos puede dejar paralizados otro año más. Hoy más que nunca es crucial para todos resguardar nuestra salud, pero nunca a cambio de sacrificar nuestra libertad. El miedo se propaga más rápido que ningún otro virus y a ese no lo podemos poner en cuarentena.

La semana pasada empezaron a llegar las vacunas a México, y qué bueno, pero todavía nos falta mucho camino qué recorrer para regresar a la normalidad. Mientras eso sucede no podemos quedarnos arrodillados esperando a que nos pongan la vacuna a todos, que si bien nos va será a finales del 2021. La prudencia es conveniente, pero los estragos del miedo ya los estamos viviendo:

“El país está dividido entre los que le tienen miedo a la muerte y los que queremos vivir. El problema es que los que le tienen miedo a la muerte han llevado la narrativa y su receta es la misma. La gente necesita salir, necesita trabajar. Y los que le han hecho caso al partido de la muerte han creado un colapso económico donde miles de empresas han cerrado, millones de empleos se han perdido. Sin embargo, el virus sigue.”

Tal vez por eso los del Partido de la Muerte, ocupados peleando en Twitter con las blusas de la primera dama y regañando al pueblo desde su sillón, no logran explicarse aún porque a pesar de todas las desgracias, seis de cada diez mexicanos continúa apoyando al presidente López Obrador.

Como dijo alguna vez un gran filósofo mexicano del siglo XXI: paciencia, prudencia, verbal contingencia (sic), dominio de ciencia. Presencia o ausencia, según conveniencia. Aplica también para el coronavirus.

Nos vemos en el futuro.

PD: Buen viaje, querido Gerardo.

 

POR JORGE AVILÉS
JORGEAVILESVAZQUEZ@GMAIL.COM
@CALLODEHACHA