COLUMNA INVITADA

El año que nos hizo preguntas

Definitivamente ha sido un año lleno de retos, pero a veces hace falta desorientarse para saber quién eres

OPINIÓN

·
María Milo / Opinión/ El Heraldo de México

Crecimos pensando que el lujo era lo raro, lo caro, lo exclusivo, lo extravagante, lo que siempre parece más difícil de conseguir. Pero con todo lo que hemos experimentado este año me doy cuenta que habíamos vivido en una mentira, porque lujo es estar sano, es poder salir a la calle y respirar un día más. Lujo es poder estar con tu familia, reírte hasta llorar, es dar abrazos, es poder vivir para amar. 

Definitivamente ha sido un año lleno de retos, una montaña rusa con altas y bajas. Dicen por ahí que a veces hace falta desorientarse para saber quién eres y poder encontrar ese punto cardinal al que todos soñamos con llegar. Como dice Pablo Neruda "hay heridas que, en vez de abrirnos la piel, nos abren los ojos". Y hoy me doy cuenta que también hay cicatrices que se quedan marcadas para guiarnos cuando nos desviamos persiguiendo las superficialidades de la vida. 

Dicen también que hay años que hacen preguntas y años que las contestan, y creo que 2020 fue un poco de los dos. En cuanto a las respuestas que obtuvimos me queda claro que nos ayudó a entender que rezamos, lloramos, damos besos, abrazos, soñamos con los ojos cerrados porque las mejores cosas de la vida no se ven, sino que se sienten con el corazón. 

Que es por esto que la vida se vuelve mucho más valiosa cuando entiendes que ningún momento vas a poder vivirlo dos veces, porque es ahí cuando el corazón empieza a hacerse cargo de nunca olvidar los lugares donde dejó sus mejores latidos. Porque lo cierto es que podemos estar con muchas personas, pero son pocas con las que verdaderamente podemos ser. 

Hoy pienso que tal vez este 2020 nos desorientó para ayudarnos a ver que ese punto cardinal al que todos soñamos con llegar, sólo vamos a alcanzarlo hasta que valoremos todo lo que ya tenemos, y por eso creo que, aunque esta Navidad sea diferente, es una de las más especiales. Porque nos ha dado uno de los mejores regalos que podríamos haber recibido, nos ha ayudado a darnos cuenta de todo lo que ya tenemos, de que no importa lo que pueda estar bajo el árbol, porque lo más valioso siempre será lo que está a su alrededor. 

Es cierto que está en nuestra naturaleza de seres humanos buscar siempre algo que este mundo no puede darnos, es cierto que inconsciente o conscientemente siempre estamos anhelando lo eterno. Pero este 2020 nos ha ayudado a entender que en la tierra sí hay algo que se acerca a lo eterno, siempre y cuando lo cuidemos y valoremos.  

Definitivamente el amor es frágil, pero es justamente por lo que es tan valioso. Porque cuando logramos construirlo, significa que transformamos lo frágil en lo indestructible y lo temporal en lo eterno. 

Cada uno de nosotros tendrá que responder las diferentes preguntas que este año le haya hecho, pero creo que hay una que todos deberíamos contestar antes de pasar de página: ¿Estoy perdiendo el universo entero por perseguir estrellas?, porque las estrellas se apagan, pero el universo es eterno. 

 

POR MARÍA MILO

IG: @MARIAMILO