LÍNEA DIRECTA

Los conservadores

La reconstrucción de un Estado centralizado y en manos de un individuo, no tiene nada de liberal

OPINIÓN

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Ezra Shabot/ Línea Directa/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

El pensamiento conservador del siglo XIX partía del principio según el cual los valores y tradiciones y privilegios de una sociedad cristiana debían mantenerse inalterables en el tiempo. 

Frente al embate de la modernidad y el liberalismo de la Ilustración, el conservadurismo insistía en que esa ruptura del orden establecido, llevaría al caos y al libertinaje y, finalmente, a la disolución de la sociedad

En contraposición a éste, el pensamiento liberal sostenía la necesidad de que los hombres poseedores de voluntad propia, la ejercieran libremente y asumieran las consecuencias por sus actos, más allá de su origen social o económico. 

La libre circulación de mercancías y el comercio abierto fue, en lo económico, una lucha entre conservadores y liberales durante un largo periodo de la historia.

Para el siglo XX, y específicamente después de la Guerra Fría y tras el fin del fallido experimento del socialismo real, el llamado neoliberalismo pretendió solucionar gran parte del atraso y del bajo crecimiento a través de la globalización, el multilateralismo y la integración económica mundial. 

Los datos al respecto son reveladores con lo relacionado al incremento de la riqueza y la disminución de la pobreza en este periodo.

Pero la narrativa de los conservadores tuvo éxito en aquellos segmentos sociales que no alcanzaron a incorporarse a los beneficios del esquema globalizado y que fueron convencidos de la necesidad de regresar a un idílico y falso pasado, más justo y productivo, por parte de los nuevos conservadores que achacaron todas las desgracias habidas y por haber a un neoliberalismo concebido como el “eje del mal” de la humanidad en su conjunto.

El discurso de Andrés Manuel López Obrador, según el cual su gobierno sería el de los liberales luchando contra una oposición conservadora, simplemente no se ajusta a la realidad. 

La resistencia a ceder los privilegios por parte de los supuestos conservadores, es en realidad el rechazo de los liberales del siglo XXI a renunciar a los derechos adquiridos durante la transición democrática mexicana y arrebatados al —ese sí— conservadurismo priista.

La reconstrucción de un Estado centralizado y en manos de un individuo, basado en un modelo de cerrazón y exclusión del sector privado frente al gobierno rector de la economía, no tiene nada de liberal. 

Mucho menos la descalificación absoluta de los opositores considerados prácticamente como traidores a la patria.

El conservadurismo de Morena y de su líder forma parte de su objetivo primordial de destruir la visión liberal del siglo XXI con el objetivo de regresar al país al presidencialismo absoluto del nacionalismo revolucionario. 

Estos son en realidad los conservadores.

 

POR EZRA SHABOT
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