HANNOVER

La tecnología es sinónimo de empleos y desarrollo

En el siglo XIII, con la creación de las primeras universidades, se requería una mayor cantidad de ejemplares, por lo que la producción de libros pasó a manos de los copistas de estos centros educativos

OPINIÓN

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Bernd Rohde/ Hannover/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

A pesar de que estamos viviendo una aceleración sin precedentes de la revolución digital y sus efectos positivos en todo el mundo, la percepción de que las tecnologías de la Cuarta Revolución Industrial — o Industria 4.0 — aumentan el desempleo y no generan desarrollo persisten en diferentes sectores de la sociedad. Lo cierto es que la tecnología no quita empleos, sino crea nuevos y genera beneficios para la sociedad.

Es, sin duda, parte de nuestro progreso como especie. Para ello, quisiera tomar como ejemplo un caso del siglo XV, pues —aunque lejano— es un parteaguas en nuestra historia que ilustra este hecho. Durante la Edad Media, los libros se realizaban principalmente en el Scriptorium de los monasterios, donde los monjes tardaban no días, ni meses, sino AÑOS en terminar un libro.

En el siglo XIII, con la creación de las primeras universidades, se requería una mayor cantidad de ejemplares, por lo que la producción de libros pasó a manos de los copistas de estos centros educativos. Hacia 1450, Gutenberg creó los tipos móviles, con letras y signos de puntuación, lo cual revolucionó la industria editorial y permitió que los libros fueran objetos disponibles para una mayor cantidad de lectores.

¿Debemos avergonzarnos por haber dejado a los copistas y productores del pergamino sin empleo? No lo creo, pues ese salto en la tecnología es, sin duda, un fundamento imprescindible para la alfabetización y difusión del conocimiento a nivel global. Más recientemente, con la llegada de la computadora, muchos trabajos también fueron desplazados.

Pero como demuestra un estudio de McKinsey, entre 1980 y 2015, a pesar de que la introducción de la PC desplazó a 3.5 millones de personas de sus empleos en EU, al mismo tiempo creó 19.2 millones de nuevos trabajos; es decir, por cada empleo perdido, se generaron cinco nuevas posiciones.

Si evaluamos lo que sucede en el Siglo XXI, según la OCDE, es probable que casi el 14% de los puestos de trabajo se automatice hacia el 2030, mientras que otro 32% tiene una alta probabilidad de ser parcialmente automatizado, por lo que casi 1 de cada 2 personas se verá afectada de alguna manera por el avance tecnológico.

Sin embargo, a pesar de que se lleguen a automatizar o digitalizar muchas tareas o trabajos, la historia de las últimas tres revoluciones industriales nos ha demostrado que el empleo en las ocupaciones desplazadas no disminuye, pues los empleados son reorientados a realizar nuevas tareas, de mayor remuneración y calidad de vida. Este hecho sin duda se desenvolverá con mayor ahínco en esta década que estamos iniciando.

El mismo estudio de McKinsey resalta que la combinación del crecimiento del empleo en sectores como el cuidado de personas mayores, las tecnologías verdes y los bienes y servicios de consumo proyectan la creación de entre 555 y 890 millones de nuevos puestos de trabajo en el mundo para 2030, hecho que compensará con creces los empleos perdidos por la automatización. Sus efectos positivos son contundentes.

México es, de hecho, el sexto exportador más importante a nivel global en maquinaria, por encima de países altamente industrializados como Reino Unido, Francia o Corea del Sur. El verdadero reto que postra la Cuarta Revolución Industrial no será la pérdida de empleos, sino el aumento en la demanda de trabajos especializados y de habilidades digitales. Por ello, es necesario que la triple hélice — el gobierno, la industria y la academia— logremos configurar las políticas públicas necesarias para llevar a toda la población mexicana a la nueva era digital, meta que nos hemos planteado en Industrial Transformation México, la Hannover Messe de México y América Latina, a celebrarse del 6 al 8 de octubre de 2021 en Poliforum León, Guanajuato.

POR BERND ROHDE
DIRECTOR GENERAL DE HANNOVER FAIRS MÉXICO
BERND.ROHDE@MESSE.DE