PANORAMA INTERNACIONAL ANÁHUAC

EEUU: ¿Mirar hacia delante?

Pensar en volver a una época pre-Trump hará que los problemas ocultos sigan. Asumir que la polarización social se resolverá por el triunfo de Biden es ingenuo

OPINIÓN

·
Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

A un mes de haber concluido la jornada electoral para la Presidencia de Estados Unidos, persisten dudas sobre la realidad que se vivirá en el territorio estadounidense. 

Los medios y las esferas política y social refirieron la campaña pasada y la elección como "la más importante de la historia". Sin embargo, al igual que en 2016, también se jugó una visión de EU conservadora, con la salvaguarda de valores sociales y económicos concentrada en objetivos nacionales, contra una visión denominada "progresista" que pretende, entre otras cosas, recalcar la visión de la culpabilidad de los blancos como herramienta política hacia las minorías étnicas en las esferas sociales.

Al igual que en 2016, los analistas subestimaron el apoyo nacional que encarnó Donald Trump a través de su narrativa. 

La "gran ola azul" no solamente no se materializó, sino que el Partido Demócrata perdió tanto sitios en la Cámara de Representantes como en casi todos los estados en legislaturas y gobernadores. Queda pendiente el desempate en Georgia, donde probablemente no obtendrá la mayoría en el Senado.

Biden aparentemente, con la pendiente certificación de las legislaturas de los 50 estados, ha ganado tanto en los votos populares como se pronostica hará en los electorales. Sin embargo, la forma en que se emitieron los votos muestra una nación dividida donde cerca de 50% de los votantes apoyaron la reelección de Trump. No sólo eso: 76% de quienes sufragaron republicano, lo hicieron por él, mientras que 51% de quienes votaron demócrata, lo hicieron contra Trump y no por Biden, lo que amerita consideración con respecto a su mandato real.

Hacia delante, ambos partidos deben tener claro qué es lo que quieren hacia el futuro y qué es lo que pueden ofrecer a los votantes. Sobre todo, tomar en cuenta que a raíz de la catástrofe económica del confinamiento de 2020, un objetivo primordial es la recuperación de la crisis. 

Para los demócratas, la respuesta ya no puede estar en seguir el esfuerzo falso de deslegitimar a Trump más allá de entender la realidad que le concedió la victoria en 2016. 

Pensar en regresar a una época pre-Trump sólo hará que los problemas subyacentes sigan sin resolverse. Asumir que la polarización social se resolverá sólo por el triunfo de Biden es ingenuo. 

Para los republicanos, el escenario es parecido: el partido también está cambiando y necesita asegurar que siga la tradición de su fundador integrando a población más diversa que coincide con los ideales conservadores. Trump deja sin duda una huella importante. Con sus políticas, pero sin su retórica, probablemente veamos candidatos muy competitivos en el campo republicano en cuatro años. ¿Podrán los demócratas competir sin tener el factor Trump como ventaja? Está por verse.

POR JESSICA DE ALBA ULLOA  Y YUSSEF NÚÑEZ MENÉNDEZ
Investigadora de la Facultad de Estudios Globales en la Universidad Anáhuac México y estudiante de 7º semestre en la Facultad de Estudios Globales en la Universidad Anáhuac México