COLUMNA INVITADA

La belleza obsoleta

No está mal que una mujer se considere una belleza digna de campeonato. Así deberíamos de considerarnos todas

OPINIÓN

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Maca Carriedo / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Entre mis recuerdos bizarros está uno en el que mi mamá me explicaba, mientras veíamos la tele, que México estaba a punto de tener una Miss Universo. A mis 5 años no entendí qué significaba ser “Miss Universo”. “¿Por qué? ¿Tiene súper poderes? ¿Es como el Presidente?”, pregunté. “No, solo quiere decir que la mujer más bella es mexicana”. “Ok, ¿eso quiere decir que entonces todas las mexicanas son guapas?”, insistí.

“No, quiere decir que ella es la más guapa del mundo y, por suerte para nosotros, nació en este país”. No supe porqué eso la ponía en una situación privilegiada pero supe quién era Lupita Jones, la mujer que me hizo pensar que qué flojera ganar un premio tan inútil. No había vuelto a hablar de ella hasta hoy.

Y agradezco vivir en un entorno donde esas “Lupitas” no tienen cabida. No está mal que una mujer se considere una belleza digna de campeonato. Así deberíamos de considerarnos todas. Lo que está mal es lo que Jones y la industria han hecho con ellas. Ella se vende como esta mujer que te puede convertir en reina a cambio de humillaciones.

Cuestión que quedó clara en ese video. La industria ha jugado sí, con las fortalezas, pero sobre todo con las flaquezas de las concursantes. Me hace feliz pensar que cada vez más las niñas sueñan con ser doctoras, abogadas o lo que ellas quieran. Me hace feliz saber que ya no aspiran solo a ser hermosas.

Me encanta la idea de que mujeres como Lupita Jones sean obsoletas. Hoy nos toca luchar por un mundo que nos respete, que nos dé igualdad de circunstancias y que no nos quiera cambiar los dientes ni las nalgas; que no nos pida ser más flacas o más gordas. Las mujeres no necesitamos que alguien califique nuestra belleza. Festejo que mujeres como Lupita Jones dejen de tener el poder para definir el tan lastimado concepto de belleza femenina.

POR MACA CARRIEDO
COLABORADORA