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Biden y la derrota de López Obrador

Con su obstinación por no reconocer la victoria electoral del candidato demócrata Joe Biden, López Obrador coloca a México en una lista que solo incluye países autoritarios

OPINIÓN

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Mariana Gomez Del Campo / Columna Editorial: Especial Créditos: FOTO: Especial

Con su obstinación por no reconocer la victoria electoral del candidato demócrata Joe Biden, López Obrador coloca a México en una lista que solo incluye países autoritarios cuyos mandatarios simpatizan con el estilo populista de Donald Trump.

De hecho, el presidente mexicano y Donald Trump se parecen tanto en la forma de conducir a sus naciones que no nos extraña que simpaticen tanto. Ambos tuvieron el mismo discurso incendiario y electorero en campaña; encontraron un enemigo interno al que dirigieron todas sus descalificaciones y amenazas; aborrecen a la prensa libre y crítica; descalifican a todo aquel que señale sus errores; pasan por encima de las instituciones y de la Constitución con tal de afianzar su proyecto político; mienten deliberada e impunemente usando las plataformas gubernamentales para dispersar noticias falsas; en fin, ambos son todo menos democráticos. 

Trump está provocando una crisis post-electoral sin precedentes en Estados Unidos que López ha aprovechado y politizado en México para recordar el viejo y falaz discurso del “fraude” del año 2006. Ante el fracaso de su sexenio, el morenista intenta aplacar a sus bases con una narrativa que lo coloca como la víctima siempre. Recordemos que los populistas solamente aplauden a las instituciones democráticas cuando éstas les dan la victoria, de lo contrario pregonan complots sin pruebas ni fundamentos.

Pero la resistencia del gobierno mexicano en reconocer la victoria demócrata en Estados Unidos solamente acentúa las diferencias con el próximo presidente de nuestro principal socio comercial. No es para menos, López Obrador le apostó a la reelección del republicano, cuando visitó a Trump en julio de este año se negó a reunirse con Biden para enviar un mensaje de neutralidad, sino que se desvivió en halagos hacia un Trump que ya era candidato y que hábilmente utilizó el equipo de campaña del republicano.

La vergüenza que el titular del Ejecutivo Federal hace pasar al cuerpo diplomático muestra su total negligencia y su desprecio por la política exterior, que nuestra Embajadora en Washington tenga que salir a aclarar una pésima traducción que califica como “presunto ganador” a Biden es inadmisible.

Si bien los demócratas velarán por el bienestar de los estadounidenses, sí hay elementos que beneficiarán directa o indirectamente a los mexicanos: Biden se ha comprometido a restaurar la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglás en inglés) cuyo 80% de los beneficiarios son de origen mexicano; se ha pronunciado por derogar el programa “Remain in Mexico” que obliga a los inmigrantes que solicitan asilo en ese país a permanecer en nuestro territorio; trae una fuerte agenda en cambio climático y energías limpias; y presionará porque nuestro gobierno cumpla sus compromisos en materia laboral (salarios competitivos y sindicatos independientes) plasmados en el T-MEC.

El pasado 3 de noviembre, un proyecto que abanderaba el racismo y la xenofobia perdió en la Unión Americana, pero también los populistas de todo el mundo se quedaron sin su máximo representante, entre ellos, López Obrador quien perdió a un aliado.

POR MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO

SECRETARIA DE ASUNTOS INTERNACIONALES DEL COMITÉ EJECUTIVO NACIONAL DEL PARTIDO ACCIÓN NACIONAL

COLABORADORA EDITORIAL