AGENDA LEVANTINA

Nagorno-Karabaj: Una guerra que esconde otras

Los juegos de poder en el Cáucaso y Medio Oriente, más cerca de lo que se podría suponer

OPINIÓN

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Marta Tawil / Agenda levantina / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Nagorno-Karabaj, enclave en el espacio postsoviético del Cáucaso, oficialmente parte de Azerbaiyán y de mayoría armenia, ha vuelto a ser escenario de enfrentamientos armados que estallaron el 27 de septiembre y que ha cobrado cerca de cincuenta víctimas y cien heridos.

Las negociaciones para resolver este conflicto, nacido de las ruinas del imperio soviético en 1991 y que involucra a Azerbaiyán (Estado secular de mayoría musulmana chií) y Armenia (Estado de mayoría cristiana ortodoxa), se estancaron desde el cese al fuego proclamado en 1994. Detrás de esta guerra se entrevén otras dinámicas de conflicto contiguas.

Una sucede entre Rusia y Turquía. Amigos y rivales se esfuerzan por evitar la enemistad abierta, pero sus intereses divergentes en Siria, Libia y ahora en el Alto Karabaj pueden reducir la relación a un juego de suma-cero entre ambas potencias.

Ankara apoya abiertamente a Azerbaiyán, aludiendo al pasado islámico, la gloria otomana y la raíz étnica común con los azeríes. El conflicto armado actual coloca al Kremlin en una situación delicada, pues no logra como antes ser un árbitro efectivo vendiendo armas a ambos bandos.

El otro frente se compone por Israel, Irán y Turquía. Israel mantiene relaciones diplomáticas con Armenia, que el 18 de septiembre abrió su primera embajada en Tel-Aviv. Pero los israelíes, notoriamente, surten de pertrechos a Azerbaiyán. Además, Israel importa casi 40% de su gas de ese país.

Turquía e Israel, cuyas relaciones se deterioraron mucho desde 2009, se encuentran paradójicamente en el mismo campo en Nagorno-Karabaj. Comparten el interés de refrenar allí la influencia de Irán. Pero no se excluye que Azerbaiyán se vuelva el escenario de rivalidad turco-israelí si la influencia turca en Bakú crece y si ésta se ve orillada a escoger entre los dos.

Por su parte, Irán de facto se inclina más a Armenia. Cooperan en defensa e inteligencia y miran recelosos la influencia creciente de Turquía en la zona, pues les preocupa que el nacionalismo azerí espolee los ánimos de los 15 millones de esa minoría que residen en su lado de la frontera.

El despliegue de mercenarios sirios para luchar junto al ejército de Azerbaiyán confirma los vínculos entre ambas regiones. Hombres sirios obligados a dejar sus hogares bajo los bombardeos rusos, la represión del régimen de Asad y sus aliados iraníes, las ambiciones de Ankara y las ambigüedades de Washington, se unen a la causa azerí. La ofensiva militar de Azerbaiyán contra la república secesionista de mayoría armenia vincula el destino del Cáucaso al de Medio Oriente más de lo que se podría suponer.

Por MARTA TAWIL.
*INVESTIGADORA DEL COLMEX.
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