SIN ROLLOS

Un “bully” está de vuelta

El futbol mexicano, experto en reciclar personajes, le da la enésima oportunidad a un tipo valentón, que no valiente. Descubre en estas líneas de quién se trata

OPINIÓN

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Jorge Murrieta / Sin Rollos / Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Primero que nada, ofrezco una disculpa sincera por haber blasfemado, al colocar un anglicismo en el título de este texto. No encontré en nuestro hermoso castellano una palabra que definiera de manera tan exacta al personaje que habrá de ocuparnos.

Un “bully” es un tipo abusivo, que intimida y acosa, ya sea a los aficionados del equipo rival, al entrenador del contrincante, e incluso a los futbolistas de la otra oncena. Recuerdo perfecto el día que el “bully”, en estado inconveniente después de un partido, arremedó de muy fea forma a un caballero de la información, como siempre lo ha sido mi querido Eric Fischer. Y como ésas, varias.
Iré soltando pistas. El tipo no ha ganado nada. Ha dirigido a equipos de enorme prosapia como Guadalajara y Cruz Azul, con magros resultados. Estuvo muy cerca de obtener un título entrenando al Morelia, pero el calor abrasador de las 12 del día en CU se encargó de coronar a los Pumas. Al Atlas, cabe mencionarlo, lo hizo jugar de manera cadenciosa por momentos (nunca como lo hiciera La Volpe). Es valentón, que no valiente. Es común en él burlarse de sus adversarios. Utiliza de manera sesgada y burda la televisión para acomodarse en equipos de Primera División. Suele tener altercados con reporteros y periodistas. Es más pesado que una vaca en brazos de subida, y que una birria a las cinco de la mañana.

Para inflar más su ego desbordante, fue rebautizado como El Jefe. Como futbolista fue un fenómeno. Claro con la pelota, pensante, lúcido, incluso sabio, dirían algunos. Sin embargo, ya desde su época como jugador carecía de conciencia gremial y jalaba agua sólo para su molino (según los dichos de quienes compartieron vestidor con él y que mantendré en el anonimato). Tomando en cuenta que cuando jugaba en Tigres tuvo como compañero al gran Osvaldo Batocletti (argentino de una sencillez extraordinaria), alguien le espetó: “Tú pareces el argentino del equipo”, por aquello de lo soberbio y agrandado.

El Jefe lleva por nombre Tomás Boy, y es el nuevo técnico del emergente equipo mazatleco. La derrota sufrida a manos del León puso en alerta a la maquiavélica dirigencia de TV Azteca, que decidió remover de su cargo a Juan Francisco Palencia. Debe ser muy difícil para un técnico joven como Paco, trabajar en las condiciones en las que lo hizo con un equipo sin arraigo, que recién se
enteró de su mudanza de Morelia a Sinaloa, mientras transcurrían los días más oscuros de la pandemia. Ya sabemos de qué pie cojean los brillantes directivos del alicaído futbol mexicano.

Así es que, con la encomienda de no terminar en los últimos lugares de la tabla, para evitar el oneroso pago de varios millones de pesos, Boy llega al rescate de un equipo que nació muerto. Lo toma en el lugar 17 de la tabla general, con tan sólo dos juegos ganados, cuatro empatados, siete perdidos y 10 miserables puntos, únicamente por encima del desastroso Atlético de San LuisEl Jefe tendrá que aprovechar a tope los pocos días de receso que le fueron otorgados por el viaje de la Selección a Europa, para enfrentar a Holanda y a Argelia. Estamos hablando de un entrenador terco, poco actualizado y de ideas muy viejas, que seguramente querrá morirse con la suya.

El de Mazatlán no es un proyecto que hubiera entusiasmado a muchos, pero dada la urgencia de protagonismo, y viendo que el ferrocarril se está yendo para no volver, Tomás se colgó de un clavo ardiendo. No quiero ser ave de mal agüero, pero mucho me temo que El Jefe se va a quemar… otro poquito más.

Por JORGE MURRIETA.
@joratla
rcb