ANECDATARIO

Cuestión de aceptación

¡Y allí estamos nosotros! Simples mortales en medio de esas elevadísimas batallas que buscan encontrar el futuro de los humanos en otros mundos

OPINIÓN

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Atala Sarmiento/ Anecdatario/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: FOTO: Especial

La NASA llevaba una semana anticipando que haría un anuncio sobre un hallazgo palpitante. Ayer por fin se despejó la incógnita y, a través de un artículo publicado en la revista Nature Astronomy, la agencia dedicada a la investigación espacial confirmó que en la luna existen moléculas de agua y que hay pequeñas áreas en la superficie del satélite en donde el agua podría acumularse de forma estable.

El descubrimiento añade que hay algo a lo que han llamado “Trampas frías” que son más de 40 mil kilómetros cuadrados en la superficie lunar con la capacidad de retener agua helada.

Las implicaciones de la novedad cambian por completo las futuras misiones que se están planeando para que el hombre vuelva a la luna.

Mientras esto sucede, Fabien Cousteau, nieto del famoso explorador marino Jacques Cousteau, levanta la voz en el mundo y opina que el futuro de la humanidad no está en el espacio sino en el mar.

El oceanógrafo se queja de lo incongruente que resulta para él el hecho de que se invierta 150 veces más en la exploración espacial, que en la del mundo submarino cuando considera que éste es vital para la supervivencia humana. Advierte que sólo se ha explorado el 5% de los océanos y que hay que conectar de una manera más inteligente con el mar para garantizar nuestra supervivencia en este planeta.

¡Y allí estamos nosotros! Simples mortales en medio de esas elevadísimas batallas que buscan encontrar el futuro de los humanos en otros mundos, cuando no podemos ni siquiera controlar nuestra propia existencia en el que habitamos actualmente.

Nos acabamos sus recursos a pasos agigantados y libramos una contienda contra un monstruo indomable al que ni podemos ver con los ojos y que parece interminable.

Científicos en todo el mundo siguen sus propias cruzadas con el objetivo de encontrar esa vacuna que nos devuelva la esperanza y nos deje respirar tranquilos.

Los empresarios, pequeños, medianos, y hasta grandes, luchan por no perder los negocios que les dan de comer. Hospitales, médicos y enfermeros no descansan en el combate por mantener con vida a los afectados por ese monstruo.

Y el resto de nosotros, observando todo este espectáculo dantesco, también peleamos porque la simple posibilidad de un nuevo encierro aunque sea por horas, aunque sea por días, no nos provoque una ansiedad capaz de perturbar nuestra salud mental y el equilibrio de nuestras vidas.

Parece como si a los grandes líderes mundiales no les preocuparan esas batallas individuales, las “chiquitas”. En vez de recuperarnos en el aquí y el ahora, prefieren buscar una posible vida humana fuera del planeta, o en el mar.

Aceptar que hay cosas que no tienen explicación ni respuesta, que no todo es lógico ni justo en la vida, es la única opción para poder vivir con ello.

POR ATALA SARMIENTO
COLUMNAS.ESCENA@HERALDODEMEXICO.COM.MX
@ATASARMI