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Enrique Quiroz Acosta: Política sin derecho no es auténtica política

OPINIÓN

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Una de las grandes expresiones de nuestra convivencia es ver la política simplemente como lucha, como fuerza, como poder, sea cual sea... Llevado al extremo sería no sólo cruel, sino inviable. Desnaturalizar al poder social con intento de dominio simple es atender contra la especie humana. La política y el Derecho son (deben ser) “hermanos gemelos” de la vida en sociedad. Es de las primeras lecciones de civismo en educación básica, ya nos digamos de Derecho, Ciencia Política y afines. Es lugar común abanderar la cultura de la legalidad, pero por desgracia también lo es proclamar la legalidad para actuar con ilegalidad. Desde Burgoa, Carpizo y otros, se proclama que no hay democracia sin elementos concurrentes, como lo son división de poderes y el sometimiento a la ley. “Los particulares pueden hacer todo lo que no esté prohibido y los funcionarios sólo para lo que estén facultados”. Así de claro es un principio esencial, pero no sólo deben ser del Derecho, sino también de la política. Por ello, aquellos que profesan que hagamos un pacto “político” violando lo jurídico, denigran a la propia política y a quienes lo propalan. Si se apela a la legalidad en toda política no es sólo una estrategia, táctica o postura, es una necesidad para alcanzar la eficacia en la propia política. El postulado es claro, no hay estrategia correcta ni justificada fuera de la legalidad. Tenemos muchas necesidades como Estado y sociedad, incluyamos “la cultura de la legalidad”. No es una costumbre, sino una conciencia que conduce el actuar con sensatez, en el apego a normas de conducta, en el entendido de que tienen una esencia, un espíritu, principios que permiten la auténtica realización personal y colectiva. La cultura de la legalidad implica el propio desarrollo, y en el ámbito político es armonizar interés en la rectitud, en el respeto, en la tolerancia, en la lealtad a la comunidad y a la nación. Hagamos política, pero con el Derecho, si no es así, no es auténtica política. El Derecho en el actuar es de los verdaderos políticos y antítesis de los pseudo políticos. Dignificar la política es actuar en ella por los cauces legales, pero implica, además, viabilidad, certeza y respeto. No hay política de fondo, sustancia y trascendencia que no sea dentro del orden jurídico y en favor del orden legal. La política es pasión porque no es frivolidad, pero se ejerce con racionalidad y en búsqueda de los principios de la ley. El Estado de Derecho es el auténtico “estado” de la verdadera política.  

Abogado