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Materiales radioactivos: tecnología para salvar vidas

OPINIÓN

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Todos conocemos a la familia amarilla y políticamente incorrecta de clase media que habita en la localidad ficticia de Springfield, cuya cabeza es nada más y nada menos que Homero Simpson, un hombre norteamericano promedio e irreverente que trabaja en una planta nuclear. ¿A qué voy con esto? Gran parte de la Generación X y Millennial (Y), fuimos testigos del lanzamiento de esta sátira que ha marcado grandes tendencias por sus temáticas, inclusión y caracterización de personajes históricos y contemporáneos, e incluso, se le ha considerado predictiva.

 

Una de las temáticas que abordan en la serie son las tecnologías. Por ejemplo, en un capítulo emitido en 1995, ambientado en el futuro, Lisa habla con su madre a través de una cámara disponible en su teléfono, tecnología que en el año 2010 Apple estrenó con FaceTime, aplicación de videollamadas diseñada exclusivamente para sus dispositivos. Otro ejemplo, es el lugar de trabajo de Homero, la central eléctrica de energía nuclear donde en diversas ocasiones ocurrían accidentes con el material radioactivo que en diversas ocasiones Homero manipulaba. Hoy en día, sabemos que las plantas nucleares son de materia delicada debido a que, en tiempos pasados, su uso causó muchas desgracias tanto en el planeta como en sus habitantes.

 

Y es que, si escuchamos la palabra nuclear, lo primero que viene a nuestra mente es desgracia, catástrofe o mutación, pero poco pensamos en el beneficio que los materiales radioactivos han traído a la vida del ser humano.

 

La medicina nuclear se ha implementado desde los años 90, haciendo su uso más común para visualizar y evaluar las funciones corporales, permitiendo diagnosticar y tratar enfermedades. Por ejemplo, para lograr la visualización de los órganos es necesario el uso de radiofármacos que se desarrollan mediante un fármaco transportador aplicado vía intravenosa, ingerido o inhalado. Este fármaco permite, mediante una cámara o escáner, obtener imágenes bidimensionales o tridimensionales de nuestros órganos o incluso del cuerpo completo, permitiendo el desarrollo de diagnósticos sobre nuestra salud.

 

Sabemos que la radiación es dañina para nuestro cuerpo, sin embargo, en la medicina nuclear las dosis de radiación son muy pequeñas por lo que existe un riesgo mínimo de ser tóxicas o de causar una reacción alérgica. Además, el material radiactivo aplicado, es desechado o eliminado del cuerpo humano mediante la orina o heces fecales.

 

Esta técnica es funcional y su aplicación ha generado resultados positivos para ser implementados en la medicina, el único problema es que su accesibilidad y alcance sigue siendo limitado, pues hoy en día la aplicación de estas tecnologías tan precisas y de última generación siguen siendo costosas y limitadas, resultando que, a pesar de su implementación en más de una década, sus beneficios aún no estén al alcance de todos.

 

Organizaciones mundiales buscan promover e impulsar soluciones a través de las industrias emergentes para poder transformar y mejorar la industria de la salud permitiendo que se garantice el acceso a una atención de calidad y accesible para todos.

 

Yo te pregunto, ¿crees posible que pronto logremos democratizar y mejorar la atención médica con acceso a tecnologías más eficientes y de mejores resultados a costos más accesibles?

 

Como siempre, me encantará leerlos en mis redes sociales @marisolrumayor.

 

Por María del Sol Rumayor

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