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Fernando Ruiz: Oaxaca y los concursos de oposición

OPINIÓN

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Oaxaca es el ejemplo más dramático de cómo funcionaban las contrataciones y promociones docentes en el pasado. En dicha entidad, la legislación burocrática y una minuta, firmada en 1992 por el entonces gobernador Heladio Ramírez, permitió a la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) controlar todas las plazas docentes, imponer criterios no educativos en las contrataciones tales como la participación en marchas, paros y bloqueos y facilitar prácticas deleznables como la herencia y venta de las plazas.   La reforma constitucional de 2013 y del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) en 2015 dio fin a ese arreglo, pero la ineficacia política estatal y la implementación federal desarticulada aumenta el riesgo de restablecer de forma simulada dichas prácticas.   En declaraciones recientes, el dirigente de la sección 22 dejó entrever una nueva demanda en su lucha contra la reforma educativa, la contratación de 4,500 docentes para cubrir “las aulas sin profesores” (El Imparcial, 13/mar/2018).   Las preguntas obligadas son ¿hay 4 mil 500 aulas sin maestro o estamos ante una nueva estrategia de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) para apropiarse de recursos públicos? ¿La regularización de personal en febrero de 2015 y diciembre de 2016 no fueron suficientes?   Los concursos de oposición para ingresar al Servicio Profesional Docente han sido un avance notable, pero es necesario complementarlos con mayor transparencia en la información de las personas contratadas y en la distribución del personal en servicio.   Una medida que contribuiría a acotar las regularizaciones de trabajadores, práctica que empieza a ser recurrente en las negociaciones entre el IEEPO y la sección 22, es la transparencia total de la información escolar.   Asimismo, es preciso disminuir la alta rotación docente, aumentar las facultades de familias y órganos de participación social en la salida y entrada de los docentes a las escuelas, así como establecer sistemas públicos y eficaces de quejas y denuncias.   La ausencia de registros escolares veraces y actualizados es agravado por la oposición sistemática de la organización gremial a cualquier intento por conocer las plantillas de trabajadores de las escuelas oaxaqueñas.   Al mismo tiempo, la CNTE, con la omisión y complicidad del IEEPO, ha promovido el hostigamiento y expulsión de cientos de docentes de las escuelas públicas, violando los derechos laborales de los maestros y generando, ellos mismos, el problema de escuelas sin maestros.   En Oaxaca se puede ver con mayor nitidez la necesidad de ajustar y avanzar con la implementación de mecanismos institucionales para vincular las contrataciones y cambios de adscripción docente con las necesidades escolares y de aprendizaje de las niñas, niños y jóvenes.   Llamamos a los candidatos presidenciales a pronunciarse explícita y claramente si desean regresarle el control de las plazas y las contrataciones a la CNTE.     Fernando Ruiz Ruiz *Investigador de Mexicanos Primero @FRUIZ_RUIZ / @MEXICANOS1O