“A Miroslava la mataron por lengua larga. Que nos maten a todos, si esa es la condena por reportear este infierno. No al silencio”, escribió Javier Valdez sobre el asesinato de su colega en Chihuahua y dos meses después de seguir escribiendo su Malayerba lo ejecutaron en Culiacán.
Cayó abatido ayer cerca de Riodoce, la revista en la que tenía una columna con ese nombre. Hay dos versiones del momento del ataque: que desconocidos lo interceptaron y bajaron de su auto para asesinarle y que iba caminando cuando recibió varios tiros.
Será importante la versión de testigos porque en Culiacán de 236 cámaras que heredó la administración de Quirino Ordaz sólo funcionaban 14. Ahora apenas sirven 53. Es un dato revelador que refleja el desastre financiero y el desmantelamiento de inteligencia en Sinaloa.
Apenas la tarde de domingo y todavía ayer, antes de conocerse la aberrante noticia, estuve en contacto con una fuente de inteligencia del gobierno estatal que confirmó lo siguiente: “Vemos que cada que se habla del desastre financiero que dejó el gobierno de Mario López Valdez (Malova) estalla la violencia en algún punto del estado y nos preocupa”.
Me puse en contacto con la fuente después de leer la columna Transición del columnista local Oswaldo Villaseñor : ¿La Política calienta la violencia y a Sinaloa? Lo que dice es serio. Que después del 3 de mayo cuando Quirino habló para este diario de las irregularidades de Malova por más de mil millones de pesos “otra vez se desata una nueva crisis de violencia en el estado”.
Esta vez, dice, no fue un choque como sucedió el 21 de febrero, al día siguiente del informe que rindió Carlos Ortega y que exhibió al grupo malovista, sino que extraños homicidios ocurrieron contra tres maestros por “confusión” y el de Miguel Ángel Sánchez, ex presidente de la Federación de Abogados; la crítica de este gremio fue inmediata y cuestionaron a la gubernatura en turno. Además fue ejecutado un regidor del PRI.
El mismo autor dice que tampoco se trata de otra manifestación violenta entre grupos criminales como la que se dio después del 26 de enero cuando se votaron en contra las cuentas públicas del ex gobernador Malova por todas las irregularidades detectadas y no aclaradas aún.
Cuando recibió el premio a la libertad de prensa en 2011, el periodista Valdez dijo: “En Sinaloa, es un peligro estar vivo y hacer periodismo es caminar sobre una invisible línea marcada por los malos que están en el narcotráfico y el gobierno”.
La fuente de inteligencia había reconocido que la estrategia para contener la violencia ha fallado. Y un par de horas después, cuando se insiste en el tema de la revisión de cuentas del 2016 de Malova en un mes, el periodista Valdez es asesinado. La situación es grave. No debe descartarse ninguna línea de investigación.