Con flores, globos y una exigencia unánime de justicia, Karla, la joven cuyo cuerpo fue encontrado abandonado en una brecha de Altamira, fue velada y sepultada este fin de semana. El caso ha conmovido a la comunidad local y a su lugar de origen, Progreso, Yucatán.
Karla, quien era estudiante del COBAT 13, había llegado junto a su madre a la ciudad de Altamira hace un año, sin imaginar que ese lugar se convertiría en su última morada.
En el sitio donde fue encontrado su cuerpo, a menos de un kilómetro de su domicilio en el fraccionamiento Jardines de Arboledas, se colocó una cruz de madera pintada de blanco. Al pie de la cruz, había una fotografía de la joven y flores, como un recordatorio de la tragedia que sacudió la región.
José Francisco Pérez Ramírez, secretario del Ayuntamiento de Altamira, informó que la Fiscalía General de Justicia está a cargo de las investigaciones y señaló que se están siguiendo varias líneas de investigación.
Las autoridades locales se encuentran alarmadas por el crimen, que ha generado una profunda conmoción tanto en Altamira como en Progreso, Yucatán, de donde era originaria la joven.
Nury Romero Santiago, presidenta de la Colectiva Feminista Tamaulipeca, exigió justicia para Karla y para todas aquellas víctimas de delitos que, como en este caso, no han visto el peso de la ley.
La activista también expresó su preocupación por el creciente temor entre las mujeres de la zona sur de Tamaulipas, ante el aumento de asesinatos y otros crímenes en la región.
El asesinato de Karla no solo ha sacudido a su familia y amigos, sino que también ha reavivado el debate sobre la seguridad y la justicia para las mujeres en Tamaulipas, exigiendo acciones concretas para frenar la violencia de género en la zona.