La reforma al Poder Judicial ha sido aprobada por el Congreso de Puebla a solo unas horas de que fuera avalada por el Senado de la República. Al mediodía, la comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales del Congreso de Puebla ya había aprobado el dictamen de Reforma al Poder Judicial de la Federación con cinco votos a favor y apenas dos en contra.
Una vez que la discusión pasó al Pleno, el Congreso de Puebla aprobó la reforma con un total de 28 votos a favor y 10 en contra. La aprobación ocurre en medio de una sesión extraordinaria y de una jornada que inició con una manifestación.
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El gobernador Sergio Salomón Céspedes ya había celebrado la aprobación de la reforma judicial en el Senado, ejercicio que describió como legítimo y plural y del que reconoció que la implementación será más complicada.
El diputado panista José Miguel Espinosa de los Monteros criticó duramente al senador Miguel Ángel Yunes, acusándolo de "salvar el pellejo en lugar de la patria" por haber apoyado la reforma en el Congreso de la Unión.
Guadalupe Leal, también del PAN, fue aún más directa, calificando la reforma como un capricho de una sola persona y advirtiendo que, con este cambio, cualquier figura pública, incluso influencers como "Luisito Comunica", podría llegar a ser ministro de justicia.
Finalmente, tras el acalorado debate, el Congreso de Puebla ratificó el respaldo a la polémica Reforma al Poder Judicial con 28 votos a favor y 10 en contra. Los diputados morenistas no pudieron contener la emoción, y el recinto resonó con gritos de "¡Es un honor estar con Obrador!" mientras la oposición abandonaba la sesión visiblemente inconforme.
Protestan en los alrededores del Congreso de Puebla
El ambiente amaneció cargado de tensión en las inmediaciones del Congreso del Estado de Puebla. Desde temprano, el edificio legislativo se convirtió en una fortaleza resguardada por elementos de seguridad, ante la expectación generada por la votación de la Reforma al Poder Judicial de la Federación.
Afuera, trabajadores del Poder Judicial y ciudadanos inconformes se manifestaban con fuerza, mientras dentro del Congreso avanzaba, sin mayores sobresaltos, el dictamen propuesto por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Las protestas, que se extendieron por más de 11 horas, fueron el reflejo del profundo descontento. Los manifestantes intentaron una y otra vez romper el cerco de seguridad, lanzando bombas de humo y forzando el acceso al recinto legislativo.
Sin embargo, los elementos de seguridad y las barricadas improvisadas por los empleados, que usaron muebles para protegerse, lograron contener a los inconformes, impidiendo que el conflicto escalara dentro del Congreso.
Las protestas seguían, los gritos y consignas no cesaban, pero la votación estaba hecha. Puebla había dado su aval a una de las reformas más controvertidas del sexenio, en medio de una jornada marcada por la división y el conflicto.