El final de las vacaciones siempre trae consigo una mezcla de sentimientos encontrados. Después de semanas de descanso, exploraciones y libertad, el regreso a la rutina diaria puede sentirse como un desafío. Es natural sentir una cierta melancolía al dejar atrás el ritmo relajado de los días sin obligaciones, pero también es un momento propicio para reflexionar sobre lo que nos espera en la rutina cotidiana
Al respecto, el psicoterapeuta y psicólogo social Mariano Salinas comentó que estos hechos pueden generar depresión y otro tipos de sentimientos, debido a que se vive un período de adaptación y cambio de las actividades que se estaban realizando procesos que pueden sufrir tanto empleados como estudiantes.
Sigue leyendo:
Regreso a clases: Más allá de la educación
Esto dice la Ley Federal de Trabajo sobre las vacaciones no tomadas en caso de despido
En entrevista con Selene Flores, para el programa de Má s Allá del Titular, por Heraldo Radio, que se transmite en la frecuencia del 98.5 FM, el especialista destacó que lo que comúnmente se experimenta después de unas vacaciones es un ajuste emocional y no una depresión en el sentido clínico.
"No es un fenómeno real", afirmó Salinas, subrayando que la tristeza o melancolía que algunos sienten al regresar a la rutina laboral o escolar no debe tomarse como una condición patológica.
El problema puede ser el trabajo o el ambiente que se vive
El psicólogo explicó que este malestar es en realidad, una señal de que el retorno a la rutina está poniendo de relieve aspectos insatisfactorios en nuestra vida diaria.
Cuando estamos de vacaciones, disfrutamos de actividades que nos gustan y nos dedicamos a nuestro placer personal. Al regresar a la rutina, es natural que extrañemos ese estado de bienestar", comentó Salinas.
Sin embargo, el problema real podría radicar en la insatisfacción con aspectos fundamentales de nuestra vida, como el trabajo o los estudios. Salinas indicó que este tipo de malestar puede ser una señal de que es necesario examinar nuestra situación laboral o académica.
Si el regreso al trabajo o a la escuela provoca enojo, tristeza o frustración extrema, es una oportunidad para revisar si realmente estamos satisfechos con nuestra elección profesional o académica", explicó. Según él, muchas veces la falta de satisfacción proviene de una estructura de trabajo o estudio que no deja espacio suficiente para el placer personal y el bienestar.
¿Qué hacer para mitigar el regreso de vacaciones?
Para mitigar el impacto negativo del regreso a la rutina, Salinas ofreció varios consejos prácticos. Entre ellos, recomendó no regresar al trabajo o a las clases inmediatamente después de las vacaciones, sino tomarse un tiempo para una transición gradual.
Evitar llegar directamente del aeropuerto o de un largo viaje a la oficina es crucial. Un periodo de readaptación ayuda a suavizar el impacto y facilita la reintegración a las responsabilidades diarias", sugirió el especialista.
Además, Salinas enfatizó la importancia de buscar y mantener espacios de satisfacción personal fuera del ámbito laboral o académico: "no podemos encontrar toda nuestra felicidad y realización en un solo lugar. Necesitamos cultivar intereses y actividades que nos proporcionen placer y satisfacción”, concluyó.
Finalmente, Salinas hizo un llamado a reconsiderar cómo nos relacionamos con nuestro trabajo y nuestros estudios. "Es fundamental recordar que el trabajo no define quiénes somos. Somos seres complejos con múltiples facetas, y debemos permitirnos disfrutar de aspectos de la vida que no estén directamente relacionados con nuestras obligaciones", señaló.