De manera casi profética, hace catorce años Ismael “El Mayo” Zambada planteó la posibilidad de entregarse a las autoridades para ser sujeto de la justicia; sin embargo, aseguró entonces que esta actividad no tendrían ninguna repercusión real al problema del narcotráfico.
Fue en entrevista con el periodista Julio Scherer, publicada el 4 de abril de 2010 en el semanario Proceso, cuando Zambada planteó un escenario que entonces sonó “fantasioso”, según el adjetivo utilizado por el propio autor de la entrevista.
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"Los reemplazos ya andan por ahí"
“Un día decido entregarme al gobierno para que me fusile. Mi caso debe ser ejemplar, un escarmiento para todos. Me fusilan y estalla la euforia. Pero al cabo de los días vamos sabiendo que nada cambió”.
El entrevistador cuestionó nuevamente si realmente nada cambiaría, ante lo que el capo del Cártel de Sinaloa, dijo que el problema del narco envuelve a millones y que en cuanto a los capos “encerrados, muertos o extraditados, sus reemplazos ya andan por ahí”.
En la célebre entrevista, Zambada consideró que el gobierno había llegado tarde a la lucha contra los cárteles y ya era imposible resolver un problema generado por años.
“Al presidente, además, lo engañan sus colaboradores. Son embusteros y le informan de avances, que no se dan, en esta guerra perdida (...) El narco está en la sociedad, arraigado como la corrupción”, dijo.
Aseguró que podría matarse si fuera detenido
En otra parte de la entrevista, al ser cuestionado si temía ser capturado, Zambada respondió: “Tengo pánico de que me encierren” y agregó “No sé si tuviera los arrestos para matarme. Quiero pensar que sí, que me mataría”.
Además, confesó que en cuatro ocasiones sintió de cerca al Ejército mexicano.
Zambada era conocido como un capo especialmente escurridizo al que pocas veces se le vio y no llegó a ser detenido nunca, sino hasta este 25 de julio de 2024, cuando se presume que se entregó, aunque no hay confirmación al respecto.