Aunque las votaciones para distintos cargos de elección popular concluyeron el pasado domingo 2 de junio, las huellas de las candidaturas que compitieron en los comicios siguen a la vista de la ciudadanía.
A través de bardas pintadas, stickers en el transporte público pero, sobre todo, mediante lonas y pendones que aún se encuentran en postes y espacios públicos, esos vestigios de la campaña electoral permanecen en el mobiliario urbano.
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“Para dimensionar el problema, en la Universidad Iberoamericana realizamos un sencillo cálculo para estimar la cantidad total de postes en la ciudad y la superficie y peso de material electoral colgado en el espacio público.
“La Ciudad de México cuenta con 2.8 millones de viviendas, el 99.8 por ciento tiene suministro eléctrico, con postes separados en promedio cada 30 metros. Los servicios de telefonía fija e internet, soportados principalmente por postes a cada 50 metros, están disponibles en el 86 por ciento de las viviendas. Además, el 57.8 por ciento tienen alumbrado público con postes colocados entre 30 y 40 metros”, detalla el doctor Juan Manuel Nuñez, académico del Centro Transdisciplinar Universitario para la Sustentabilidad.
Un peso colosal sobre los postes de la Ciudad
De acuerdo con las cifras arrojadas por el estudio, en los poco más de un millón 245 mil postes de servicios de electricidad, internet y telefonía, hay casi 10 millones de pendones, hechos en su mayoría con plástico o PVC.
“Si cada poste tiene dos pendones colgados en cuatro ocasiones durante casi tres meses, se generan 9 millones 960 mil pendones. Con una superficie de 1.6 metros cuadrados y un peso promedio de 976 gramos por pendón, esto equivale a una superficie total de mil 593.6 hectáreas y cerca de 10 mil toneladas de basura. Esta cantidad de residuos equivale a 2.3 veces la superficie del Bosque de Chapultepec y al peso de 750 trolebuses.
“Si bien se han ofrecido por parte de los partidos algunas alternativas, como la transición hacia publicidad electoral digital, uso de materiales biodegradables y reciclables en la propaganda física, desarrollo de programas de recolección y reciclaje, así como la implementación de regulaciones estrictas y sanciones, ninguno de éstas atiende de manera integral el problema” analiza Nuñez.
Poco a poco, trabajadores de Servicios Públicos de la Ciudad de México se encargan del retiro de la publicidad electoral de la vía pública, aunque esto genera un costo que no es asumido por los partidos políticos.
“En este contexto de crisis ambiental sin precedentes, resulta inadmisible que los partidos políticos y coaliciones llenen las calles con propaganda electoral de plástico. Estos materiales solo aumentan la cantidad de residuos plásticos que se generan diariamente, exacerbando la crisis ambiental.
“Aunque se promocionan como amigables con el medio ambiente, los pendones y lonas, generalmente fabricados con PVC, pueden tardar cientos de años en degradarse”, concluye el investigador.