Diecisiete años después de haber sido aprehendida en Kentucky, Estados Unidos, y extraditada a México, Brenda “N”, acusada de haber participado en el secuestro de Hugo Alberto Wallace, hijo de Isabel Miranda de Wallace, fue puesta en prisión domiciliaria.
La presunta implicada en el secuestro de Wallace continuará su proceso judicial con un rastreador y la prohibición de salir de la Ciudad de México, puesto que no tiene un riesgo real de fuga, señalaron autoridades.
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A pesar de estar en prisión desde su aprehensión en 2007, Brenda “N” aún no tiene condena por el delito que se le acusa y, de acuerdo con su defensoría, tampoco ha tenido acceso a su expediente judicial.
Por estas y otras razones, Alfredo Silva, juez primero de Distrito, determinó que la prisión preventiva oficiosa por la que la acusada estaba en cautiverio desde hace 17 años, era una medida extrema e injusta.
Hugo Alberto Wallace, un caso abierto
El caso del secuestro y muerte de Hugo Alberto Wallace ha sido uno de los más recordados en la historia reciente. Todo comenzó en 2005, cuando su madre, Isabel Miranda, denunció su desaparición y muerte.
Tras fundar la organización Alto al secuestro y ofrecer una cuantiosa recompensa por información que llevara a la captura de los presuntos responsables, Miranda de Wallace cobró relevancia política, siendo incluso candidata a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México por el PAN.
En tanto, Brenda “N”, señalada como una de las presuntas involucradas en el secuestro y asesinato de Hugo Alberto Wallace, fue detenida en Kentucky en 2007 y extraditada a México en 2009, donde recibió la prisión preventiva oficiosa por presunto riesgo de fuga.
Los otros presuntos responsables del delito, Jacobo “N”, César “N”, Alberto “N” y Antonio “N”, también fueron capturados y, salvo en el caso del primero, todos han recibido sentencias condenatorias por el caso.
Acusan tortura y violencia sexual contra Brenda "N"
Desde su traslado a un penal mexicano en 2009, la defensa de Brenda “N” ha acusado torturas y violaciones sexuales sistemáticas en contra suya, además de permanecer presa sin haber recibido una sentencia.
Las acusaciones han sido comprobadas por el Instituto Federal de la Defensoría Pública, que desde 2019 representa a Brenda “N” y que resalta que su juicio no ha sido realizado con perspectiva de género.
Al conocerse la liberación de Brenda “N”, Isabel Miranda de Wallace acusó que este cambio se produjo gracias a una red de corrupción e influencias, además de señalar que en días recientes fue amenazada vía telefónica.