Todo comenzó con una llamada al celular, donde la persona a la que Francisco le había dado un “aventón” en su automóvil al salir de un bar, le marcó para ofrecerle un empleo con una paga atractiva que incluía una capacitación como un guardia de seguridad privado. Aquel hombre al que ayudó se trataba de uno de los hijos de Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, fundador del cártel Jalisco Nueva Generación.
La oferta de trabajo incluía doce semanas de capacitación todo pagado, mientras que el sueldo sería de 3 mil 500 pesos a la semana más viáticos y gastos. Por “caerle bien”, Francisco recordó que fue así que consiguió ingresar a uno de los cárteles de la droga más poderosos y con mayor presencia en el país. Francisco no imaginaba a lo que se enfrentaría como un narco sicario capacitado.
Sigue leyendo:
La cruda historia de una madre que renunció a acusar a un narco de haber matado a su hija
El terror de la capacitación en el CJNG
En entrevista con Telemundo, Francisco compartió la manera como en los tres meses aprendió a manejar armas largas y cortas, así como estar preparado en emboscadas y a saber como matar de manera rápida y efectiva. “Ves cómo matan a la gente, pruebas la carne humana, vives el terror”, resaltó para el medio con sede en Estados Unidos.
El relato de Francisco coincide con el de ex agentes nacionales y extranjeros que estuvieron muy cerca del cártel de Jalisco, donde las pruebas son físicas, psicológicas, además de pruebas de lealtad destacó el capacitado para el medio citado.
Para entrar a trabajar como guardia de seguridad, los del CJNG le pidieron su acta de nacimiento y un número de cuenta bancaria para recibir sus pagos. El primer día llegaron 19 hombres para ser capacitados. “Había albañiles, carpinteros, mecánicos, guardias de seguridad de antros, licenciados, contadores”, describió Francisco.
Así es el duro entrenamiento del CJNG
Al llegar al lugar de la capacitación un hombre les dijo a todos que trabajarían para el CJNG. “Si te quieres ir, anda, vete -cortó cartucho con la pistola- Aquí la única forma de que te vayas es con las patas por delante. El que se quiera ir detrás de él, que lo diga ahorita. No estamos para jugar”, dijo el “capacitador”.
Francisco presa del miedo tuvo que fingir estar tranquilo y atento porque cualquier reacción podría tomarla los capos como algo en su contra. “Pensé mucho en mi hijo”, dijo el hombre mientras recordaba todo lo que se difunde del narco y sus métodos violentos.
Francisco estaba en el municipio de Talpa de Allende, llegaron a una enorme hacienda en una camioneta, para pasar uno de los narcos disparó tres veces al cielo y abrieron la puerta. Así comenzó la capacitación donde los obligaron a desmembrar a personas, cortar cabezas con piedras y hasta hacer prácticas de canibalismo. Una vez terminada la instrucción, fue momento para ser uno de los narcos más del CJNG.
rm