¿Economía solidaria? Sí, ese es el término que define al Bazar Tonalá, situado en la colonia Roma Sur. Desde hace 17 años es liderado por la psicóloga Rocío Moreno Serrano, quien se centra en hacer comunidad, mientras explica por qué es importante que las nuevas generaciones sean solidarias y tomen conciencia del impacto negativo del consumismo.
La comerciante, quien tiene una maestría en Desarrollo Humano, parte desde sus conocimientos en Psicología para explicar que la economía solidaria surge de la necesidad e importancia de sembrar la empatía desde una industria banal: la moda. Además, lucha contra el consumismo que ha ido en aumento, especialmente en Ciudad de México que es cuna del comercio en el país.
Sigue leyendo:
Cómo y dónde reciclar ropa interior en CDMX, además de tener descuentos en ropa nueva
Fast Fashion: ¿Estar en tendencia o hacer conciencia?
Importancia de la economía solidaria
En entrevista para El Heraldo de México, Rocío Moreno, de 63 años de edad, explica que “la economía solidaría es el conjunto de todo (…). La economía sin la sociedad no funciona (…). Lo que buscamos rescatar con la economía solidaria es a la persona misma para que se conozca, sepa quién es y no se enfoque en sus necesidades que vienen de factores externos”, como las tendencias que surgen continuamente.
Además, expone que no hay manera de separar a las personas de la economía, así como del término solidaridad que da la pauta para conectar, dejando de lado el individualismo que ahora predomina en la sociedad. De hecho, la emprendedora destaca que la economía solidaria tiene tres principios: comunidad, administración y preparación (incluyendo la personal) y supo de ella desde los años 70, momento desde que detectó que brinda principalmente dos lecciones:
- Se genera comunidad porque se crea un equipo de trabajo amplío, teniendo interacciones humanas profundas.
- Hay trabajo colaborativo y todas las personas ganan, “desde la que trabaja aquí (en el comercio), generando una fuente de trabajo, hasta la gente que trae cosas y se lleva (cosas)”, explica la psicóloga.
Partiendo de esto, Rocío Moreno comparte que en 2007 tuvo mayor claridad en el tema porque cayó en cuenta de que ella y su esposo acumulaban libros y música. Esto la alentó a abrir Bazar Tonalá en la cochera de su casa con número 267, en la esquina de Tonalá con Tlaxcala, en la colonia Roma Sur, en la alcaldía Cuauhtémoc, en CDMX.
Consumismo, una huella irreversible
Tras la apertura, la maestra en Desarrollo Humano empezó a recibir donaciones de diversos artículos. Esto hizo que el establecimiento se centrara en la ropa, zapatos, joyería, artículos para el hogar y plantas, principalmente. Además del apoyo, la emprendedora analizó cómo el consumismo ha invadido a las personas.
“Ante las necesidades que se han creado, surge el consumismo que está acabando con el planeta”, destacó Rocío Moreno. “Veo muchos productos que la gente tenía en demasía: zapatos de colores del mismo diseño o ropa que nunca usaba”.
La maestra en Desarrollo Humana destaca que la economía solidaria ayuda a disminuir el impacto en contra del medio ambiente. No, (el consumismo) no tiene sentido porque la huella ecológica nunca se va a borrar.
¿Cómo funciona Bazar Tonalá?
Por lo mismo, Rocío Moreno dice que la meta es enseñar a reciclar lo que tenemos, reutilizar y vivir con lo necesario. Todo es necesario, pero con su medida”. Y esto hace a través de Bazar Tonalá porque busca recuperar la comunidad en pro de la economía y el cuidado de la tierra. Para lograr esto, el establecimiento acepta las donaciones y también compra productos en buen estado y luego se enfoca en la venta de estos.
Adicionalmente, hay intercambio con otros dos bazares, ubicados en las colonias Roma Sur y Roma Norte. Esto da pie al fortalecimiento de estos comercios, sin la necesidad de recurrir al marketing u otras herramientas, ya que la meta es aplicar el llamado “de boca en boca” entre la misma comunidad. Aunque las ganancias no son altas, porque su enfoque nunca ha sido comercial, Rocío Moreno expone que siente satisfacción de aportarle a la tierra en vez de restarle.