Yucatán es reconocido por su fascinante historia y cultura, representada por sus paisajes, entre ellas las ruinas mayas y las playas que lo caracterizan. Esto ha llamado la atención del turismo nacional e internacional. Sus habitantes ahora han experimentado y han sido testigos de los cambios que ocurrieron.
En Mérida ha habido un gran incremento en la inversión extranjera y de turismo. Esto ha generado una mayor demanda de bienes raíces, tanto para uso residencial como para sitios destinados al turismo, lo que ha ocasionado un aumento en los precios de la vivienda y un incremento en el costo de vida en ciertas zonas.
Aunque el turismo es una fuente de empleos para los locales, ha habido cosas que no les han gustado, pues en redes sociales, un usuario compartió una fotografía que mostraba información sobre los horarios de las misas en la iglesia de Santa Ana, pero esta información estaba escrita en inglés, lo que ocasionó molestia y preocupación.
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Crédito: archivo
¿Mérida vive del turismo?
Según estudios recientes las casas en Mérida son un 84% más económicas que en la Ciudad de México, lo que ha impulsado el crecimiento de la ciudad y aunque el turismo sigue siendo una parte fundamental de la economía de nuestro país, lo importante es encontrar un equilibrio entre el desarrollo turístico y la preservación de la cultura local.
El turismo es una importante fuente de ingresos para México, representa el 8,4% del PIB y genera 2,5 millones de empleos directos y más de 5 millones de empleos indirectos, según información del Gobierno de México.
Crédito: Yucatán Posta
La desigualdad en Yucatán
A pesar de ser conocida por su belleza y su patrimonio cultural, Mérida enfrenta desafíos en términos de desigualdades económicas. Una de las más evidentes es entre las áreas urbanas y rurales. Mientras que el centro histórico y ciertos barrios residenciales disfrutan de infraestructuras modernas y servicios de calidad, hay áreas marginales y comunidades rurales que carecen de acceso adecuado a agua potable, electricidad, educación y atención médica.
La brecha entre ricos y pobres es notable y se acentúa mucho más por el turismo, debido a las inversiones que se le hacen en la capital, olvidando a las comunidades marginales. E incrementando los problemas de discriminación racial y étnica.