El gobierno de la Ciudad de México (CDMX) ha informado que fue cerrado el pozo Alfonso XIII ubicado en la alcaldía Álvaro Obregón tras los reportes de la Benito Juárez por supuesta agua contaminada en sus colonias. Pero, en medio de esta situación, ¿cómo podemos identificar que el líquido de donde vivimos no está del todo bien? Te contamos.
Sólo que antes, valdría la pena mencionar que el jefe de Gobierno de la CDMX, Martí Batres Guadarrama, señaló que también se cerraron por precaución, dos industrias que manejaban diversos componentes y sustancias en la región y que Petróleos Mexicanos (Pemex) verificó sus ductos en la zona. Aún así, seguirán con los trabajos necesarios.
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1. Señal 1: el color del agua
Uno de los primeros indicadores que podrían alertarnos sobre el mal estado del líquido que nos llega hasta nuestro hogar es el color. Y es que ojo, por lo general, el agua potable suele ser clara y transparente. En este sentido, toma tus precauciones si comienzas a notar que tiene determinadas partículas o bien, toma tonalidades como las siguientes:
- tonos amarillentos
- tonos marrones
- tonos verdes
2. Señal 2: el olor del agua
Otro de los rasgos que suelen ser una señal de alerta sobre agua contaminada es el olor. Por consiguiente, aromas extraños o fuertes no suelen ser normales. Toma especial atención si el recurso de tu colonia comienza a oler a sustancias como las que te mencionamos a continuación:
- combustibles
- productos químicos
- productos orgánicos en descomposición
En este punto es conveniente mencionar que un indicador más para identificar posible contaminación en el agua es el sabor. Esto porque si bien no es recomendable tomar el líquido de la llave, los sabores extraños parecidos al metal así como sensaciones saladas y amargas no son buena señal.
3. Señal 3: malestares en la salud tras usar el agua
Un gran determinante que podría arrojar que el agua de donde vives está llegada con contaminantes es si después de utilizarla —al bañarte, lavarte las manos o limpiar los trastes— tú o tu familia experimentan malestares físicos que pueden ir desde erupciones cutáneas hasta dolores de cabeza o daños estomacales.
Finalmente, si después de resgistrar señales como las anteriores te queda la duda, lo más conveniente que puedes hacer es realizar una prueba o análisis químico que te ayude a detectar la calidad del recurso que está llegando hasta el lugar en el que vives.