México está cerca de tener a la primera presidenta de su historia, situación que hace más de un siglo ni siquiera se hubiera pensado, ya que incluso las mujeres no tenían el derecho de poder elegir a los gobernantes; sin poder emitir su voto, entonces comenzaron a idear que tras el cambio de gobierno que dejó la Revolución Mexicana, ganarían también que salieran de las sombras para decidir el futuro del país.
Sin embargo, los cambios de la Revolución de 1910 no llegarían a las mujeres a pesar de que fueron una parte fundamental para el derrocamiento del entonces presidente Porfirio Díaz. Las mujeres participaron activamente como espías e inclusive combatientes, además de otros flancos como personal médico y como ponentes en la difusión del ideario de la Revolución, de acuerdo con información de la UNAM.
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Mujeres vs el patriarcado desde la Revolución
Los ideales revolucionarios de 1910 se concentraban en el derrocamiento de Porfirio Díaz, donde una vez logrado, algunos de los puntos a tratar fueron: eliminar el servicio militar obligatorio, multiplicar las escuelas primarias y la obligatoriedad de la instrucción pública hasta los 14 años, jornada laboral de 8 horas y el salario mínimo.
Asimismo estaba la supresión de las tiendas de raya y; prohibir el trabajo infantil y establecer el pago de indemnizaciones por accidentes de trabajo; además proponía expropiar tierras improductivas a los latifundistas y la repartición de terrenos a los mexicanos que así lo solicitaran, de acuerdo con datos de un documento consultado en el portal de la Cámara de Diputados.
Sin embargo, los objetivos estaban orientados a los hombres, ya que en el caso de la asistencia a la escuelas no era permitido en la mayoría de los hogares para las mujeres, que debían quedarse en casa realizando labores domésticas, pero en este punto, la visión de Ricardo Flores Magón proponía la reglamentación del trabajo doméstico, aunque sin tocar el tema del derecho al voto.
Las mujeres que impulsaron su derecho al voto
Laureana Wright fue una mexicana que impulsó la igualdad entre mujeres y hombres durante la revolución. Para hacerse escuchar, creó una revista llamada Violetas del Anáhuac, la hizo con la ilusión de motivar a otras mexicanas a participar en la vida pública de aquella época.
De esta revista nacieron otros periódicos donde las mujeres mexicanas siguieron expresando su voz, e intercambiando ideas a favor de la igualdad. Otra mujer que impulsó la paridad de género fue Hermila Galindo de Topete, una maestra revolucionaria, feminista, política mexicana oradora y periodista.
En 1915, Hermila Galindo fundó y dirigió el semanario Mujer Moderna en donde promovió la educación laica, la educación sexual y la igualdad entre hombres y mujeres. El papel de Galindo fue fundamental para que décadas más adelante, el voto de la mujer fuera una realidad. La periodista se “atrevió” a ir en contra de la Ley Electoral de 1918 que dictaba que las personas que participaron en revueltas sociales no podían votar.
A lo anterior, 16 de enero de 1917, Hermila Galindo, en un acto inédito en la historia de México, solicitó el voto femenino restringido al Congreso Constituyente, pero no lo logró. No obstante, Galindo de Topete se postuló como candidata al Congreso de la Unión por el 5to. Distrito Electoral del entonces Distrito Federal, aunque no ganó, fue el antecedente del voto y la postulación de mujeres en cargos políticos públicos.
Tras décadas de lucha, las mujeres ganaron el derecho al voto cuando desde diciembre de 1947, fue incluido en la Constitución el derecho aunque solo para las elecciones municipales, siendo en octubre de 1953 cuando el voto de las mujeres se extendió a la elección de cargos federales.