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El largo camino de la educación en México: Únicamente el 24% de jóvenes acceden a nivel superior

Tal es el caso de Yulianna, la maestra del barrio de Chimalhuacán

NACIONAL

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Antes de ser obreros, los padres de Yulianna se dedicaban a recolectar basura en el Bordo de Xochiaca, uno de los vertederos más grandes de México. El Bordo ha recibido los desechos de la capital durante casi 80 años, y es fuente de empleo de centenares de familias, para quienes las oportunidades son escasas. El futuro de Yulianna y sus tres hermanos menores, así como el de muchos niños de Tlatel Xochitenco, en Chimalhuacán, Estado de México, no presentaba muchas posibilidades de superación.

El sueño de la niña de la casa de lámina era dedicarse a la educación. Yulianna jugaba a la escuela con sus hermanos y sus primos, valiéndose de gises, tablas, muebles y cuanto pudiera encontrar. Aunque sólo tenía 4 años, la idea de trabajar en la docencia lea emocionaba; sin embargo, éste era un anhelo que parecía muy lejano. 

¿Cómo es la educación en las zonas más vulnerables de México? 

En nuestro país, el acceso a la educación superior sigue siendo un privilegio. De acuerdo con la Secretaría de Educación Pública, sólo el 24% de los jóvenes mexicanos pueden inscribirse en una universidad. La cifra disminuye drásticamente cuando se trata de los egresos, pues, según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística, apenas 8 de cada 100 estudiantes termina la licenciatura. Es decir, tan sólo el 1.9% del total de jóvenes de México consigue graduarse.

Son múltiples los motivos que impiden la formación profesional. En primer lugar, la enorme desigualdad social obliga a muchas personas a trabajar desde temprano, consumiendo tiempo que podría invertirse en el estudio. Otros factores, como la delincuencia, los embarazos adolescentes y el deficiente sistema educativo, son algunas de las mayores causas de deserción.

Los problemas se multiplican en zonas rurales, algunas de las cuales no cuentan con centros educativos en varios kilómetros a la redonda. Debemos recordar que, para iniciar una licenciatura, es necesario contar con alrededor de 15 años de trayectoria escolar, superando 4 grados académicos.

Para fortuna de Yulianna, sus padres acudieron a la Fundación para la Asistencia Educativa IAP, que se encargó de su alimentación y su educación, proveyéndola no sólo de conocimientos académicos, sino también de herramientas sociales. Hoy es egresada de la Universidad Pedagógica Nacional. Ha ejercido desde los 17 años, y da clases de preescolar en la misma fundación que la apoyó desde chica. 

Su propia historia le ha servido de motivación, pues reconoce que muchas niñas y niños en Chimalhuacán crecen con importantes carencias y sabe que el rol de la educación es crucial para que sus oportunidades de desarrollarse sean mayores. Conoce su historia en el podcast “Tu historia es mi causa” disponible en plataformas digitales: 

La maestra Yuli es una celebridad: sus ex-estudiantes la identifican y la saludan con entusiasmo, aún después de años de haber cursado sus primeras clases con ella. El cariño de sus alumnos es otro de los motores que la inspiran a seguir adelante. Yulianna guarda un grato recuerdo de las personas que la educaron, y ahora se siente orgullosa de poder acompañar a nuevas generaciones en su camino.

R.Ortega