Datos del Censo de Población y Vivienda 2020 indican que en México residen 31.8 millones de niñas y niños de entre 0 y 14 años de edad, que en otros términos representan un 25.3% de la población total, es decir, más de la cuarta parte del territorio nacional.
Pero, lamentablemente algunos de ellos han tenido que ser canalizados a diversas instancias ya sea porque quedaron en situación de orfandad, sufrieron abandono o bien, porque fueron víctimas de violencia física o mental en su propio entorno familiar.
El aislamiento expone a las infancias a entornos de violencia en el hogar
Un dato alarmante publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reveló que las condiciones de aislamiento de menores se relacionan con un aumento de casos de agresiones y violencia en contra de los menores, caso, que se expuso con mayor claridad cuando el país atravesó el período de confinamiento por la Pandemia por el virus de COVID-19.
“La pandemia por COVID-19 ha puesto en riesgo una serie de logros clave obtenidos en México tras años de colaboración entre el gobierno, actores de la sociedad civil y organizaciones como UNICEF, por lo que hacemos hoy un llamado al país para unir esfuerzos en favor de cada niña, niño y adolescente,” señaló Christian Skoog.
De acuerdo con la UNICEF, la propagación de la COVID-19 y algunas de las medidas tomadas para frenar, como el aislamiento social, han exacerbado el riesgo de violencia contra niños y niñas. Donde, lamentablemente la mayoría de estos casos de violencia surge en los primeros años de vida y es ejercida por parte de un familiar directo o persona cercana al niño o niña.
Sin embargo, con el objetivo de mejorar su calidad de vida, resulta importante que niños, niñas y adolescentes sean separados de esos entornos que los dañan en distintos rubros.
Fundaciones, una alternativa en pro de los derechos humanos de los menores
Partiendo de la idea y el principio que una fundación trabaja bajo el objetivo de salvaguardar la integridad de quiénes protege sin ánimo de lucro, (sin la obtención de beneficios), destaca que, en el país, al menos en México, estás fundaciones sean impulsadas y promovidas tanto por el sector privado como por donaciones y voluntariado, pues, de esta manera se logran cambios positivos en la vida de las personas.
Si bien existen programas encargados de supervisar la situación legal de los niños, como el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia del (DIF) o instancias gubernamentales como la Fiscalía, fundaciones como UNNIDO, buscan alternativas en las que les sea posible determinar si aquéllos menores violentados podrían ser integrados a una nueva familia que desee adoptar o si integrantes de su familia cumplen con cierto número de requisitos o condiciones para fortalecer su desarrollo.
“Lo que nos interesa, es aperturar varios programas que nos permitan que la finalidad se cumpla, que es: Que los niños, todos ellos puedan reintegrarse a sus hogares o integrarse a una familia por medio de la adopción” Rosalinda, Coordinadora del área de restitución de Fundación UNNIDO
Escucha más en este episodio: