La UNAM advirtió que el sarampión es una enfermedad extremadamente contagiosa y, ante el incremento de casos confirmados en Europa, emitió unas recomendaciones tempranas y sencillas de atender para que las y los mexicanos reduzcan su probabilidad de contagio y sepan cómo atender esta emergencia a cuatro años del último brote de esta enfermedad en la república.
En este sentido, la información emitida por centros de salud y organizaciones sanitarias (tanto nacionales como internacionales) resulta de vital importancia para evitar caer en pánico y tomar decisiones con base en datos específicos y puntuales.
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¿Qué es el sarampión?
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el sarampión es una enfermedad viral muy contagiosa que afecta sobre todo a los niños y se transmite por gotículas procedentes de la nariz, boca y faringe de las personas infectadas. El periodo de incubación (tiempo entre el contagio y la manifestación de síntomas) es de ocho a 12 días; una vez transcurrido esta etapa, se manifiesta fiebre alta, rinorrea, inyección conjuntival y pequeñas manchas blancas en la cara interna de la mejilla.
A pesar de que cada paciente manifiesta los síntomas de manera diferente, la norma general es que éstos se recuperan entre dos y tres semanas. Al respecto, la OPS advierte que el sarampión puede causar complicaciones graves, tales como ceguera, encefalitis, diarrea intensa, infecciones del oído y neumonía, sobre todo en niños malnutridos y pacientes inmunodeprimidos.
¿Qué se puede hacer contra el sarampión?
La Organización Mundial de la Salud (OMS), la Secretaría de Salud (SSa), el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y médicos de todo el planeta coinciden en que el sarampión es una enfermedad prevenible y la mejor manera de prevenirla es con la vacunación.
Entre los datos claves que enlista la OPS en esta enfermedad es que el sarampión representa una de las principales causas de muerte entre los niños pequeños y dicha mortalidad se presenta cuando el menor padece de malnutrición o si su sistema inmune está comprometido (por ejemplo, si el niño es positivo a VIH).
Pero gracias a la vacunación, el panorama se volvió alentador. En la década de los 70, los países que conforman América Latina y del Caribe aportaban 220 mil casos cada año en promedio y 12 mil muertes. Con la masificación de las vacunas contra el sarampión, en la década de los 80, se revirtieron estos datos al 95%, pues la cifra acumulada entre periodos similares pasó de 4.5 millones a 244 mil.
Dicha amenaza no es ajena a la república. En México, el último brote de sarampión se dio en 2020 y afectó a casi 200 personas, por lo que, dadas las circunstancias, la máxima casa de estudios instó a realizar acciones preventivas.
¿Cuál es la recomendación de la UNAM contra el sarampión?
Bajo esta óptica, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) recomendó a la ciudadanía permanecer alerta sobre la potencial aparición de esta enfermedad en la república; recomendó particular atención por parte de las personas no vacunadas y en caso de tener dudas, establecer comunicación directa con los servicios de salud institucionales.
¿Cómo se pueden defender los mexicanos del sarampión?
Como ya se mencionó arriba, la mejor estrategia es la vacunación. Particularmente en México, es esquema de vacunación ofrece una doble garantía para evitar el contagio, pues son dos los inoculables los que protegen a niñas y niños de esta enfermedad:
- Triple Viral (SRP). Protege contra el sarampión, la rubéola y la parotiditis.
- Doble Viral (SR). Protege contra el sarampión y la rubéola.
Cabe recordar que ambas vacunas son completamente gratuitas a través de los sistemas de salud pública en toda la república. Además, en los principales sistemas sanitarios se ofrece la cartilla de vacunación para llevar el control de las vacunas aplicadas a cada niño.
Finalmente, se destaca que estas vacunas se aplican en dos dosis, la primera entre los 12 y 15 meses de edad y la segunda entre los cuatro y seis años.