HISTORIAS DEL NARCO

Por compasión y amor, luego por gusto: la joven que se hizo narcosicaria para apoyar a su novio

"B" sentía la necesidad de saber defenderse y por ello se acercó con su novio dedicado al narco y sicariato

NACIONAL

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"B" se volvio sicaria y narco por gusto tras ayudar a su novio narcotraficante.Créditos: Freepik / Ilustrativa

Primero por compasión al mostrar el amor que sentía por su novio sicario y narco, llevó a una joven mujer a ingresar al mundo del crimen organizado, aunque tras el arresto de su enamorado, terminó trabajando para el grupo criminal al que pertenecía el hombre, pero en ese momento ya lo hacía más por gusto que por “altruismo”.

La joven identificada simplemente como B conoció a su novio ya como un sicario de profesión, quien presumía a su chica las armas de fuego con las que operaba para el crimen organizado. B señaló que al principio la dejaba jugar con su pistola de cargo, con la que posaba para la toma de fotografías que la joven modelaba a su pareja.

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B entró al narco con temor, pero después afirmó que le gustó. Foto: Archivo / Ilustrativa

Así fue como la mujer se convirtió en narcosicaria

Pero no pasaría mucho tiempo para que el narcotraficante le planteara una importante pregunta a su novia con la que definiría no solo el rumbo de su relación, sino la de su futura vida. “Después me preguntó si quería aprender a disparar y me fue enseñando”, señaló en entrevista para el medio digital europeo El Español.

Sin dar detalles del grupo del crimen organizado con el que estuvo vinculada en México, B fue inmiscuyéndose cada vez más al mundo del narco, le fue agarrando “cariño” a las armas, las cuales ya sabía como desarmarlas y limpiarlas además de manipularlas y dispararlas.

Un día, la joven mujer acompañó a su novio a un rancho donde había bastante gente y olía mucho a carne asada, recordó B, lugar donde experimentó una determinante experiencia en la que fue obligada a participar, por lo menos para que observara lo que pasaba en aquel lugar:

“Ahí vi cómo quemaban vivos a unos hombres. Yo quería cerrar los ojos, pero él me obligó a ver. Me decía que tenía que volverme fuerte si quería estar con él”: B.

B sentía la necesidad de saber defenderse

B tenía en mente desde que era pequeña que solamente había dos caminos por recorrer: que fuera una mujer aguerrida o que sufriera, “y no es así como que digas ‘ay voy a ser malandra’”, señaló, pero estuvo segura que debía saber cómo defenderse.

La mujeres en el narco tiene una participación importante. Foto: Especial

Por esa razón B vio en su novio sicario la oportunidad para sentirse segura, aunque por la adicción que sufría, paulatinamente el narco comenzó a consumir más metanfetaminas que lo que vendía, lo que lo llevó a estar cada vez con mayores deudas con el grupo criminal.

“Siempre estaba debiendo, entonces le pegaban a cada rato y me daba mucha lástima porque le dejaban su piel toda abierta. Empecé a ayudarle a despachar. Nunca tuve problemas, siempre tenía las cuentas bien. Pero él se fue volviendo más baquetón, porque sabía que yo estaba a cargo”, detalló B.

Un día el “patrón” de su novio se dio cuenta que ella era la que manejaba el narcomenudeo y el sicariato, y luego de que el capo fue arrestado por la policía, el narco ofreció a B seguir dentro del negocio del trasiego de droga. “Y así empecé, primero más por el temor, como obligada, se podría decir. Pero ya después sí me gustó”, dijo B hace no menos de un mes.

RM