Ángel González, director de la Agencia de Protección Sanitaria, advirtió que no existe evidencia de que los vapeadores sean útiles para ayudar a la población a dejar de fumar como se acostumbra afirmar y, por el contrario, sí ha sido estudiado que generan el hábito de consumir cigarrillos normales.
En entrevista con Blanca Becerril, para Reporte H, de Heraldo Media Group, advirtió que los más afectados por estos dispositivos son la población joven, pues son el público objetivo de sus fabricantes.
“Las campañas publicitarias que se impulsan por los que venden este producto están enfocadas en este grupo”, aseguró.
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A propósito de la encuesta de Poligrama y Heraldo Media Group publicada este martes, detalló que “la capacidad de tener una adicción es altísima” para los usuarios del vape, pues mientras un cigarro contiene un miligramo de nicotina, que es de las sustancias más adictivas, un cartucho de vapeador contiene hasta 60.
En ese sentido, explicó que los fabricantes adicionan sabores saborizantes y presentaciones para que se hagan más atractivos, y muchos de estos compuestos ya son por sí mismos cancerígenos.
Asimismo, detalló que las sustancias que se vaporizan e inhalan llevan al organismo productos químicos e incluso metales pesados.
Qué daños provoca a la salud
El funcionario agregó que uno de sus efectos más problemáticos es que provocan enfermedad pulmonar aguda grave, que en Estados Unidos ya han provocado más de 60 muertes y al menos hay un caso registrado en México.
Sin embargo, dijo, efectos menos visibles son que provocan náuseas, vómito, tos, problemas para respirar, mareo y diarreas.
A largo plazo, añadió, se asocian a problemas cardiovasculares e infartos, así como distintos tipos de cáncer.