La filtración de los nuevos libros de texto gratuitos de la SEP y su prematura distribución han generado un mar de críticas y cuestionamientos académicos, ideológicos, legales y administrativos.
Y a pesar de que nos encontramos en medio – o por empezar- un proceso electoral importante, es fundamental evitar que esto nos distraiga de los aspectos pedagógicos esenciales y de los derechos de las generaciones más jóvenes. El nuevo ciclo escolar comienza el 28 de agosto y las prioridades deben ser la calidad educativa y el interés superior de la infancia y adolescencia.
La participación de distintos sectores vinculados a la educación es necesaria, tal como lo señala la Ley General de Educación de 2019.
Personas expertas y la comunidad educativa deben tener la oportunidad de involucrarse activamente tanto en la fase de elaboración y revisión de los libros de texto, como en las etapas que preceden y suceden a su distribución. Esto resulta fundamental para asegurar la calidad de estos materiales, y promover transparencia y rendición de cuentas.
Si bien los LTG no son la panacea que resolverá todos los problemas del sistema educativo, son una herramienta clave en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Resulta imperativo abordar el Plan de Estudios para la Educación Preescolar, Primaria y Secundaria (SEP, 2022), que considera programas piloto para los nuevos planes y programas. La ausencia de información al respecto genera incertidumbre y frustración.
El diseño de los planes y de los programas sintéticos que delinean y conectan los contenidos y su progresión, así como la socialización en las escuelas normales y en la oferta de formación docente, son elementos cruciales para la calidad. De lo contrario, se podrían exacerbar las brechas cognitivas y sociales entre aquellos con mayor acceso a contenidos educativos adicionales y aquellos sin dicho acceso.
La prisa y la falta de adhesión a los procedimientos establecidos por la ley amenazan la calidad educativa. La retroalimentación informada previene errores conceptuales y fallas en secuencias didácticas que afectan el proceso de aprendizaje. La reserva de información durante cinco años sobre el proceso de creación de los libros de texto gratuitos complica aún más este proceso.
La educación sexual, la concienciación sobre problemáticas sociales y el desarrollo de habilidades matemáticas son aspectos igualmente importantes. La solución reside en abordarlos de manera consensuada y siguiendo los procesos legales establecidos. En este debate, ¿dónde quedaron las voces de las niñas y los niños?
Toda política pública contiene algún sesgo ideológico, y genera "ganadores" y "perdedores"; defensores y opositores. No sería justo dejar en manos de las y los docentes la adaptación y corrección de los libros según sea necesario.
Su tiempo es demasiado valioso y su atención debe enfocarse en la implementación. Sin embargo, todo parece indicar que los libros realmente serán revisados realmente en los salones de clase. Es muy alentador que desde distintas perspectivas se exijan materiales educativos de alta calidad.
Se requiere un plan de acción realista, que permita la retroalimentación e integración de sugerencias de personas expertas. Lo anterior, a fin de evitar que fallen las buenas ideas presentes en las modificaciones por una ejecución deficiente y una premura innecesaria.
La actual polémica representa una ocasión propicia para que el Estado establezca un ejemplo claro de diálogo y colaboración en el proceso de desarrollo y revisión de materiales educativos.
Sacar los libros de texto el siguiente ciclo escolar podría ser un acierto político, demostrando que las cosas pueden hacerse como se estipula y que las opiniones de los Comités Académicos y Expertos establecidos son consideradas. Más allá de debates ideológicos y el actual contexto electoral, esta es la oportunidad de demostrar que la colaboración, la calidad educativa y los derechos de NNA son prioridad.
Por: Angel Santamaria, Licenciado en Relaciones Internacionales por el ITAM y maestro en Política Social y Desarrollo por la London School of Economics and Political Science (LSE) – Chevening alumni. Originario de Mazatlán, Sinaloa. Reside en Suiza. X: @ae_santamaria