HISTORIAS DEL NARCO

El narco que quería ser un psicópata y el sicario más temido del mundo que fue delator y lo pagó caro

Jamás pudo olvidar a una de sus víctimas que lo dejó marcado ante las súplicas que le hizo

NACIONAL

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El grupo de Guerreros Unidos cobró varias victimas durante su estadía en Morelos.Créditos: Cuartoscuro / Ilustrativa

“Me transformaron en un animal”, señaló un joven sicario que a sus 22 años de edad ya contabilizaba más de 100 asesinatos en su cuenta personal cuando estaba bajo las órdenes del Cártel de Guerrero Unidos en el periodo que competían por la plaza en el estado de Morelos hace más de cuatro años. El aún adolescente de 17 años recordó cuando estaba junto con otros reclutas con uno de los instructores del narco que los sometían a una primera prueba para ser parte de ellos.

Uno de los entrenadores sostenía un cadáver desnudo que lo dejó tirado en el suelo. La primera orden fue a un aspirante de sicario para que descuartizara el cuerpo. Pero el horror invadió al recluta y solo se quedó postrado mirando la escena. En ese momento, el instructor sacó su arma y le disparó a sangre fría en la nuca

La violencia del narco convirtió a un joven en uno de los sicarios más temidos en Morelos. Foto: Archivo

Tras el homicidio, tocó el turno al joven de 17 años a quien le fue dado el machete para ejecutar la orden. El aspirante vio la oportunidad que tanto esperaba para tener mucho dinero, además de tener poder e inspirar respeto que tanto aspiraba a través del miedo. El sicario repitió la primera idea que se le vino en mente que compartió para el New York Times.

“Quería ser un psicópata, matar sin ninguna piedad y ser el sicario más temido del mundo”: el aspirante a sicario.

El duro entrenamiento del sicario

Entonces cerró los ojos y destazó el cuerpo. Su formación como sicario había comenzado en uno de los centros de entrenamiento para narcos ubicado en las montañas donde siguió padeciendo de ingresos económicos y a su vez vivió una serie de situaciones que lo invadieron de horror por las acciones que hacían los narcos.

“Me sacaron todo lo que quedaba de humano en mí y me hicieron un monstruo”: el recluta de Guerreros Unidos.

Su formación siguió durante algunos años, dijo, hasta que paulatinamente se fue convirtiendo en uno de los máximos asesinos del narco, pero recordó que comenzó a ganarse “el respeto” de sus colegas sicarios cuando se le ordenó matar a dos hombres que estaban en la calle. Sin pensarlo, el joven sicario se armó con un cuchillo y los degolló, una vez hecho el crimen se enteró que eran inocentes.

En 2017 cuando cumplió 22 años, ya tenía más de 100 homicidios realizados. Por ello era uno de los objetivos prioritarios de las autoridades de Morelos. Aunque hubo un caso que jamás dejó de olvidar, cuando fue encomendado a una misión para eliminar a los integrantes de un grupo de secuestradores.

Los sicarios tienen presencia en varias zonas del país. Foto: Archivo

Al llegar al lugar, el sicario encontró a un joven como él, era un estudiante, lo supo al ver su mirada aterrada y su lenguaje corporal. Aunque trató de protegerlo, el jefe de los sicarios le ordenó que debía matar a todos, incluyendo al estudiante ya que no quería testigos. Antes de degollarlo, el narco le ofreció disculpas. 

“Ese estudiante todavía me atormenta. “Veo su cara, implorándome por su vida. Nunca me voy a olvidar de los ojos. Es el único que me ha mirado así alguna vez”, dijo el sicario.

El alto precio que el narco tuvo que pagar

En 2018, el joven sicario fue capturado por la policía, pero en lugar de procesarlo fue utilizado como un testigo protegido para acabar con Guerreros Unidos, indicó el entonces director de la policía estatal, Alberto Capella. Para evitar que el sicario fuera eliminado por los narcos, el acuerdo al que llegaron fue bajo palabra, sin documentos de por medio, donde le prometían dejarlo en libertad si colaboraba. 

Su testimonio ayudó en gran medida a eliminar al grupo delictivo, pero sus acciones tuvieron una grave consecuencia que tuvo que pagar por quedar en libertad sin ser procesado por los múltiples asesinatos que cometió. Sus excompañeros lo castigaron por “soplón” y en venganza asesinaron a su hermano. 

“Me golpearon donde más duele”, indicó el sicario quien llorando afirmó que era “lo que más quería en el mundo, me lo quitaron”. Pese a ello, jamás buscó vengarse, vivió con temor sobre su seguridad y la de su familia, que dijo, seguramente también tendría el mismo destino.