MENTE MUJER

Angélica Arce, la embajadora mexicana retirada que ingresó al Servicio Exterior Mexicano en 1981

La embajadora mexicana retirada sugirió que en unos 10 años estaremos viendo quizás un mayor número de mujeres que de hombres ingresar al servicio

NACIONAL

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Angélica Arce.Créditos: Especial

En 1981, la generación de jóvenes diplomáticos que ingresó al Servicio Exterior Mexicano fue de 24 personas. De ellas, cuatro eran mujeres.

En el año dos mil, la proporción fue prácticamente de 50 y 50.

Esa es la forma en que Angélica Arce, embajadora retirada de México, resumió en entrevista para Mente Mujer el progreso de las mujeres en la diplomacia de un país donde hace décadas la diplomacia parecía reservada para los hombres.

"Me da mucho gusto porque obviamente los exámenes de ingreso al Servicio Exterior se fueron volviendo cada vez más competitivos, más difíciles y el ver que la mitad de los que aprobaban el examen eran mujeres, pues era una señal de que venían muy bien preparadas, con muchas ganas de trabajar en el servicio", comentó.

Más importante aún, el progreso se reflejó en exámenes progresivamente más difíciles mientras las actitudes machistas eran cada vez menos.

Arce está en capacidad de hablar: entró al Servicio Exterior en 1981, como una de las cuatro mujeres que aprobaron el examen de ingreso ese año, y de 2010 a 2013.

En 2010, fue designada para Delegada Federal de la Secretaría de Relaciones Exteriores en el Estado de Morelos. El mismo año fue elegida como Presidenta de la Comisión de Personal del Servicio Exterior Mexicano hasta el año 2013.

De hecho, la diplomática, que a lo largo de su carrera se desempeñó en las Representaciones de México en Naciones Unidas, tanto en Nueva York como en Ginebra, y como embajadora ante Nueva Zelanda, y Marruecos, cree que aún falta.

"Yo me atrevería a decir que en unos 10 años estaremos viendo quizás un mayor número de mujeres que de hombres, en ingresar al servicio", dijo.

Arce reconoció que las mujeres han debido abrirse espacios en las últimas décadas, pero subrayó que en ya por años, los incidentes discriminatorios han sido raros. "Fueron mínimos" los casos "en que compañeros tuvieron que ser sancionados por este tipo de conductas", aseguró.

"Cuando yo ingresé, que fue al principio de la década de los 80, costaba trabajo que una mujer saliera al exterior con un esposo, pues eso implicaba que en ocasiones no iba a poder trabajar".

Pero ese cambio es igualmente parte o reflejo del cambio en la sociedad mexicana, opinó, y "ha facilitado que compañeras en el Servicio Exterior puedan realizar su carrera".

Siempre de acuerdo con la embajadora Arce, "formar parte del Servicio Exterior Mexicano y tener la posibilidad de ascender no está marcado por una cuestión de género, sino por una cuestión de méritos propios y de competencia en los exámenes de ascenso, en condiciones de igualdad".

Y afirmó: "no hay realmente una discriminación por el hecho de ser mujer".

Pero sí opinó que hay un problema serio: los exámenes de ascenso no se han realizado los últimos años y eso ha provocado falta de movilidad y un "tapón" en el Servicio Exterior que afecta a todos, hombres y mujeres, por igual.

Después de todo, concluyó Arce, el Servicio Exterior, como todos los cuerpos necesita regenerarse.

"Cuando yo ingresé, que fue al principio de la década de los 80, costaba trabajo que una mujer saliera al exterior con un esposo, pues eso implicaba que en ocasiones no iba a poder trabajar".

Por José Carreño Figueras
jose.carreno@elheraldodemexico.com

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