"A NADIE LE IMPORTABAN MIS HIJOS"

Padres de familia se pronuncian en contra de la violencia vicaria

Alejandro Romo y Diego Romo contaron a El Heraldo Digital cómo los hombres también pueden ser víctimas y permaneces alejados de sus hijos

NACIONAL

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Estas son sus historias. Créditos: Pexels

Desde 1972 en México cada tercer domingo de junio se celebra el Día del Padre en donde desde los más pequeños hasta los adultos organizan pequeñas fiestas familiares, salen de compras y preparan los regalos más exclusivos para papá; sin embargo, en muchos hogares esta tradición puede llegarse a ver interrumpida. ¿La razón?, cuando una separación o divorcio los aleja de sus hijos. 

El no poder celebrar el Día del Padre en compañía de sus hijos es una realidad para muchos papás que sólo pueden ver a sus pequeños a través de las pantallas o por convivencias que ocurren sólo un vez a la semana. Por supuesto, todo lo anterior también está cargado de violencia, en muchas ocasiones revictimizantes tanto para ellos como para sus hijos, además de un largo, laborioso y desgastante proceso legal. Al menos así lo recuerdan Alejandro Romo y Digo Romo, quienes han contado sus historias en repetidas ocasiones e incluso se han viralizado en redes sociales y medios de comunicación.

Me quitaron a mis hijos en medio de la violencia

Hace más de dos años Alejandro hizo una denuncia familiar para proteger a sus hijos y es que según contó a El Heraldo Digital, “ellos en múltiples ocasiones me dijeron que ya habían muchas agresiones sobre ellos tanto físicas, verbales como emocionales”. Tras decidir emprender una acción legal en contra de la madre y presunta agresora, agrega que en el ministerio público se les realizaron las pruebas correspondientes a sus dos pequeños, de 14 y 9 años, en las que se encontraron daños psicológicos, razón por la cual las autoridades le dieron la guardia y custodia al papá.

La violencia vicaria ocurre cuando los padres o madres retienen a sus hijos para lastimar a sus ex parejas. (Foto: Pexels)

“Todas estas pruebas van apuntando que la mamá es la generadora de la violencia, junto con el novio. Por esa razón se empiezan las escuchas de menores donde manifiestan todo el daño psicológico y físico que les hacían las dos personas; inclusive el daño de abuso sexual que hubo para mi hijo por el novio de la señora”, explicó.

Sin embargo, las convivencias con la mamá -quien es una de las cofundadoras del Frente Nacional Contra la Violencia Vicaria (FNCVV)- también se hicieron presentes de forma virtual y sobre ello, agrega que los dos pequeños en ningún momento quisieron entablar una conversación con ella. Posteriormente, iniciaron las convivencias físicas en las que “los niños iban a la fuerza, no querían ir a convivir por más que yo les decía que tenían que ir a convivir, a expresar lo que sentían a su mamá; iban a regañadientes, se echaba a perder su fin de semana”.

Sobre estas convivencias, Alejandro también cuenta que los pequeños avances que sus hijos lograban con terapia y actividades recreativas se “echaba para atrás” cada domingo que iniciaba la convivencia. Pero el 26 de marzo pasado, mientras él y sus hijos acudieron a una convivencia, el desarrollo de la historia tuvo un desenlace que incluso se volvió viral en redes sociales, pues al dejar a sus hijos en el CECOFAM Ecatepec con un psicólogo que no era con el que usualmente ingresaban, fue agredido y sus hijos retenidos, presuntamente para entregárselos a la mamá.

Para Alejandro, las escuchas por las que tienen que pasar los menores son revictimizantes. (Foto: Pexels)

“Los despido, me meto al baño y de repente tenía a dos personas muy pegadas a mí, les dije: ‘¿tú quién eres?’ y voltea, el de seguridad se queda en duda, no sabe qué decir y después dice ‘un compañero’. Voltea, me da unas hojas y me dice firma, pero eran unas hojas en blanco. Le digo, perdón, no voy a firmar ni tampoco es el lugar para que me vengas a notificar. Me dice, si no lo firmas te voy a golpear, pues golpéame. Salen más personas, empieza a haber golpes, me salgo para que las cámaras me vieran y ya había 10 personas con radios en los oídos esperándome; me siguieron golpeando. Me dejaron inmovilizado”.

Tras unos minutos, los presuntos hombres del mismo centro lo sacaron del lugar sin darle explicación alguna ni mucho menos notificación de que tenía que entregar a sus hijos. “Después que se llevan a mis hijos, por ahí del 30 (de marzo) salen los papeles que había una sentencia interlocutoria en donde dice que yo tenía que entregarle los niños a la abuela, a la mamá de esta señora”, pero alega que no recibió ningún aviso de la sentencia antes de retirarle la custodia a sus hijos.

Hasta el momento la apelación sigue en curso y desde entonces no ha vuelto a ver a sus hijos; sin embargo, afirma que los dos pequeños están con la madre y no con la abuela. Aunque esta es la versión de Alejandro Romo, la madre de los menores también ha acusado al papá de sus hijos de ejercer violencia en contra de ellos e incluso retenerlos sin permitirle verlos; las dos versiones de la historia han ganado relevancia socialmente y apoyo, cada quien con sus propias pruebas.

Otros padres, como Diego Romo han acusado de corrupción a las instituciones. (Foto: Pexels)

Hombres armados me arrebataron a mis hijos

“Todo inicia cuando mis hijos me piden ayuda por la violencia que vivían en su casa con su mamá en el tiempo que estaban con ella; ellos me piden ayuda en unas vacaciones, que no quieren ir más con su mamá”, explica el empresario Diego Romo, cuyo caso se dio a conocer a finales de 2022 cuando presentó evidencia de la forma violenta en la que las autoridades le arrebataron a sus hijos.

Aunque en su conversación prefiere evitar dar los detalles de toda la violencia que presuntamente sufrieron sus dos hijos a manos de su madre, otra de las cofundadoras del FNCVV, precisó que “era una violencia grave, no era una violencia de una corrección de padre, normal, que se tiene que hacer; era extrema”. Inmediatamente decidió realizar las denuncias hasta que finalmente él obtuvo la guardia y custodia de los menores, sin embargo, como él indica, “inició una viacrucis de tres años” en la que las escuchas se dieron en múltiples ocasiones, una situación que habría revictimizado a los niños. Aunque su caso inició en plena pandemia y las convivencias con la mamá se dieron sólo por videollamada, él afirma que:

“Mi hijo hacía solo las convivencias y eran muy difíciles; su mamá los atacaba en las convivencias, se peleaba con ellos; los trataba como unos tontos que no tuvieran decisión propia. Les mentía en su cara, se enojaban muchísimo ellos. Siempre les decía que había gente a su alrededor y que los estaban vigilando”.

Los videos de los menores refugiados en su casa frente a los autoridades se volvieron virales en redes. (Foto: Cuartoscuro)

Durante las presenciales, se ocurrió la misma situación que con Alejandro, en donde los hijos se resistían a asistir. “A mí me obligan a llevarlos, pero al mismo tiempo la ley no puede obligarlos a hacer nada y yo no puedo obligar a mis hijos a hacer algo que no quieren hacer. Entonces yo estoy en una disyuntiva en donde, por un lado, si los obligo estoy incumpliendo la ley y por otro lado, si no los obligo estoy incumpliendo la ley”, contó a El Heraldo Digital

“La manera en la que a mí me arrebataron a mis hijos fue muy violento, muy feo. Fueron a mi casa hombres armados se los llevaron a la fuerza, amenazándolos de todo tipo, se los llevan arrestados en patrulla... Finalmente cedieron a irse con la mamá".

Tres meses después, mientras estaban en un centro comercial, los menores deciden escaparse para regresar con su papá y se inician las escuchas para poder permanecer con él. “Actualmente ha salido a decir que los sustraje...ya no hallan ni qué inventar. Ya no sé ni qué opinar al respecto”. Por su parte, la madre de los menores ha declarado lo contrario e incluso en el momento en el que los menores aparentemente se escaparon, ella compartió un video en redes rompiendo en llanto al no ver a sus hijos. 

(Foto: Pexels) 

Padres de familia acusan que la Ley Vicaria no ve por los niños

Estos dos casos son los más conocidos por la relevancia que cobraron y por las dos versiones en las historias, pues mientras los relatos de Alejandro y Diego destacan que sus hijos sufrieron violencia física, psicológica e incluso sexual (en uno de los menores) por parte de sus respectivas madres, ellas también han levantado la voz contradiciendo las versiones y uniéndose junto a otras mujeres que han sido separadas de sus pequeños bajo la Violencia Vicaria.

Aunque ambas partes han presentado sus respectivas pruebas y en distintas ocasiones las autoridades los han apoyado por separado, actualmente ellos y otros grupos acusan los avances en leyes para castigar este tipo de violencia como la Ley Vicaria, de no ser una solución, de no pensar en el bienestar de los niños y además de ser revictimizante. Por otro lado, estas posturas pueden ser revictimizantes para las mujeres víctimas de la violencia Vicaria.

“Ella es la líder, la cofundadora de este movimiento (FNCVV), entonces esto deja de tratarse de los niños y de la verdad; se trata de un apoyo político, el cual ciertos partidos o políticos agarran para obtener votos. En lo que se convierte es en una situación política; a nadie le importaban mis hijos”, reclama Diego Romo. Asimismo, el también empresario destaca que puede convertirse en un caso de extorsión, “se me pedía dinero; se trata de dinero y política”.

Entre sus principales argumentos en contra del Frente Nacional Contra la Violencia Vicaria y la ley que la castiga, señala que presuntamente sólo se escucha a los niños cuando es a favor de la mujer, pero cuando se habla bien del padre se suele decir que hay manipulación de por medio. “Los niños no les importan, lo único que les importa es quedar bien con los movimientos de mujeres”, dijo Diego.

A las acusaciones de estos dos padres de familia se suman movimientos como el Colectivo Nacional de Mujeres por la Igualdad, que en conversación con este medio, señalaron que la violencia vicaria no sería más que un plagio de la ya conocida alienación parental; sin embargo, enfocándola únicamente a las mujeres para protegerlas solo a ellas. Finalmente, las integrantes del colectivo también hacen una acusación política y acusan de violencia en contra de los hombres.