El paradigma migratorio en México, desde hace décadas se ha caracterizado por una dinámica cambiante, que responde a los cambios estructurales que se han dado a nivel regional y a nivel binacional entre México y Estados Unidos.
Uno de los retos más importantes para ambos países es instrumentar un plan de ayuda integral dirigido a los países de Centroamérica, como principales fuerzas de expulsión de migrantes. El reto compartido para Estados Unidos y México es cambiar el estado de pobreza, marginación, desigualdad, violencia, entre otros factores negativos que minan las oportunidades de desarrollo en la región centroamericana.
¿Se respetan los derechos humanos?
Es importante incluir en la discusión a los Derechos Humanos de las personas migrantes y cómo pueden ser representados dentro de un sistema receptor y de transición, como lo es México. Es necesario que el Estado mexicano garantice la protección de las vidas migrantes apostando por la cooperación para el desarrollo y enfocarse en dejar de lado la securitización de la migración para dar lugar al humanismo.
Es en este sentido, que un segundo reto para la gestión del paradigma migratorio, es desarrollar las condiciones favorables para la inclusión de otros actores en este desarrollo social. Ejemplo de ello, es el grupo de mujeres conocidas como “Las Patronas” que diariamente dan alimento y bebida a las miles de personas migrantes que transitan por México.
Ayuda a los migrantes
El trabajo de este colectivo de mujeres ha sido clave para dar auxilio y apoyo a las y los migrantes. Este grupo de mujeres ha recibido condecoraciones y reconocimientos por su labor humanitaria. Por ello es necesario reconocer su trabajo y la nobleza con la que han cambiado la vida de miles de migrantes para seguir abonando a la construcción de un nuevo entendimiento sobre la migración y cambiar la narrativa de discriminación y xenofobia con la que se percibe este fenómeno internacional.
La oportunidad más grande que tiene México para consolidar un paradigma de humanismo migratorio, está en su gente. “Las Patronas” son ejemplo de ello, y buscar reconocimiento de sus acciones por parte del Estado mexicano y de la comunidad internacional es un acto que tiene una naturaleza de reivindicación y respeto a la grandeza de las mujeres mexicanas para la humanidad.
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