Jesús Ramírez Cuevas se define a sí mismo como una persona inquieta, curiosa, lectora de diarios y afín a los temas sociales desde la juventud. Todos estos valores se conjuntaron en su elección de carrera: Periodismo, disciplina que estudió en la Universidad Nacional Autónoma de México. Desde su etapa dentro de la institución ya participaba en la política del alumnado.
"Siempre estuve, digamos cerca, de esta épica de la sociedad frente al poder que en nuestro país tiene muchas vertientes".
El ahora vocero de la Presidencia de la administración de Andrés Manuel López Obrador ve en su profesión un estandarte de batalla que permitió la lucha a favor de la democracia en el país durante décadas. Sus predecesores, cuenta, le abrieron los ojos a una constante que desata su pasión: resumir los datos para acercar los grandes temas a la gente y buscar la defensa de las minorías.
Tanto el activismo como la instrucción que recibía en la Máxima Casa de Estudios lo orillaron a la política y al periodismo, temas que se lograron conjuntar para convertirlo en una de las figuras más predominantes en cuanto a la construcción de la imagen del Estado mexicano.
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El Estado viró a la izquierda con AMLO
La inclinación de Ramírez Cuevas estaba en la investigación y la divulgación; sin embargo, acercarse a López Obrador hizo que su balanza profesional estuviera a la par de su labor como difusor de la Cuarta Transformación y la búsqueda de una defensa de la democracia.
"Una cosa muy importante para este país es el viraje hacia la izquierda porque permite que la agenda social, el tema de la desigualdad, se coloquen en primer plano".
El trabajo del encargado de la comunicación social del Estado mexicano no puede despegarse del presidente, debido a que es una de las personas más cercanas a él. La relación entre ambos, narra el mismo funcionario, inició por coincidencias en las luchas sociales.
Ya sea como estudiante o civil buscando algún cambio en la sociedad, el vocero comenzó a encontrar a AMLO en las movilizaciones para defender el voto durante el presunto fraude electoral de 1988, la lucha entre el ahora mandatario contra Roberto Madrazo en Tabasco y de forma más cercana desde los comicios de 2006 hasta la actualidad.
La charla que pronosticó la presidencia de AMLO
La primera impresión que le dio el actual líder del país es la de un estadista que busca alternativas y la vía pacífica para la resolución de conflictos. A esto el periodista suma que en una entrevista que hizo en 1995 al actor y activista Edward James Olmos, éste calificó a Obrador como el agente de cambio a futuro en el país.
"Se refería a un tabasqueño que estaba luchando por la democracia en su estado".
Esta charla con el intérprete hizo que fijara más su atención hacia el fundador del Movimiento de Regeneración Nacional. Su relación laboral con él se dio gracias a distintas manifestaciones que se realizaron en contra del presunto amaño de las urnas en 2006, el desafuero, la convocatoria para construir una lucha social.
"Carlos Monsiváis me acercó personalmente a él junto a José María Pérez Gay que era su asesor en materia exterior. Yo era muy amigo de Chema, y por supuesto de Monsiváis, y entramos a platicar directamente con Andrés Manuel y en el año 2006 logré acercarme a la campaña y después en la lucha por el fraude electoral"
La combinación de valores que ofrecía el político coincidió con lo que Ramírez Cuevas sentía que debía ser el rumbo del país. A esto sumó que la figura del exjefe de Gobierno está envestida con una ética que se refleja en acciones como las de no buscar ser diputado, presidente municipal u otros cargos políticos y sí estar al tanto de la lucha a favor de la voluntad popular.
Otra de las mayores fuerzas de López Obrador, asegura su vocero, se centra en cambiar la calidad de vida de las personas a través de políticas públicas con objetivos concretos que no modifican en gran medida la estructura del país, pero generan huella en la vida de sus beneficiarios.
"Estoy obligado a hablarle al presidente"
Pese a que dentro del gremio periodístico se dice que Ramírez Cuevas es una de las pocas veces que el presidente escucha, el funcionario asegura que no es quién para decir si esta situación se cumple cabalmente. No obstante, indica que mantiene una relación profesional estrecha con el mandatario.
"En este gobierno la comunicación se ha vuelto uno de los pilares de la gobernabilidad y al mismo tiempo de la forma en la que se encaran los retos y los problemas del día a día".
Su empleo lo obliga a charlar de manera frecuente con López Obrador, a darle su opinión sincera, acercarle información, construir argumentos e inclusive ser crítico con las cosas que dice o hace.
"Espero que sí me tome en cuenta".
Aunque sus funciones están encaminadas en ayudar a AMLO, el servidor público asegura que su verdadero jefe es el pueblo, debido a que debe difundir lo que más le conviene al país. Esta labor, dice, lo mantiene con una adrenalina constante y significa una dicotomía en su vida, ya que además de sentirse honrado, vive en adrenalina constante.
La vida después de AMLO
Una de las promesas que más ha reiterado el presidente de México es que una vez que termine su cargo dejará la vida pública y se retirará en Tabasco. Cuando esto pase, Ramírez asegura que seguirá en activo en el lugar que le toque para defender los valores que ha hecho suyos a lo largo de su historia.
"Mi naturaleza es el Periodismo, pero también por mi compromiso social y político es hacer política".
Aún no tiene un plan una vez que termine su encargo en el gobierno federal, pero asegura que aún hay diversos pendientes en la nación por los que está dispuesto a seguir los pasos de López. No descarta que su senda regrese a los medios de comunicación o se queden dentro de la administración pública.
Su afinidad, asegura, está en las ideas de cambio democrático y transformación que este sexenio fueron encarnadas por el mandatario tabasqueño, por lo que está dispuesto a contribuir para lograr una sociedad libre, plena, lejos de las adicciones y en la cual se vele por el bienestar de las personas sin importar su condición, raza o sexo.
"Desde donde estemos, mi proyecto es México, es la humanidad".
Su permanencia como vocero de la Presidencia está únicamente condicionada a lo que AMLO disponga, aunque él está dispuesto a continuar hasta el último minuto que se lo permitan encargándose de la comunicación estatal. Esta labor, dijo, lo hace comprometido con el pueblo de México.
"Sé que más que un premio, es un encargo con mucha responsabilidad y mucho peso".
¿Qué hubiera hecho diferente Ramírez Cuevas en el pasado?
Dentro de su trabajo, el funcionario asegura que lo único que hubiera hecho diferente es abrir una vertiente en las redes sociales en favor del diálogo argumentado para contrarrestar las campañas de desinformación y de odio que hay en el ámbito político.
Pese a las críticas que ha recibido el gobierno federa por permitir la polarización, Ramírez Cuevas asegura que este concepto ha sido usado para hablar de un debate público intenso que cambió los factores con los que los medios de comunicación y la clase política más poderosa perdió el monopolio de la agenda.
Destaca que cultural y socialmente el país tiene elementos que excluyen y dividen. El punto donde más se ve esto, apunta, es la distribución inequitativa de la riqueza en el país, de la educación e incluso de las opiniones.
Asegura que de un lado están los discursos que brindan los medios de información y del otro está lo que dice el presidente de la República, los cuales se enfrentan por sus diversos puntos de vista en cuanto a los temas.
No obstante, el vocero no ve que haya una explosión de posturas contrarias que acerquen al país a un conflicto civil, mientras que ve una paz social, a pesar de los problemas de inseguridad, pobreza y desigualdad.
"No veo la división de Francia, no veo la división de Brasil".
El funcionario ve además la presencia de una separación de ideas entre las personas que apoyan al viejo régimen y al neoliberalismo en contra de los que apoyan a la administración actual. Esta lucha de argumentos, dice, fomenta una nueva forma de hacer debate en la nación.
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