Son más de tres años de impunidad, de corrupción y de una falta de justicia para María Elena Ríos que deberían acabar, pero no, el Estado no le quiere dar ese derecho humano. La joven saxofonista sigue en pie de lucha a grito abierto, señalando y nombrando gente, ella busca reconstruirse, tener paz, verse al espejo y que su familia la vea desarrollarse con plenitud.
El 9 de septiembre de 2022 se cumpieron tres años del día que fue atacada con ácido por un sujeto, a órdenes de su expareja, el entonces diputado priista Juan Antonio Vera Carrizal. Actualmente, Vera Carrizal se encuentra preso en el penal de Tanivet en la región de los Valles Centrales, Oaxaca, acusado de tentativa de feminicidio.
Quien sigue prófugo es el hijo del exdiputado del PRI, Juan Antonio Vera Hernández, y es señalado como coautor intelectual del intento de feminicidio contra María Elena. Ella exige a la Fiscalía de Oaxaca esclarecer su caso y dar con el paradero Vera Hernández.
Transfeminicidios: la pesadilla de impunidad y sin tipificar en México
María Elena Ríos no frena para hallar la justicia
En entrevista para el Heraldo Digital, María Elena Ríos narró que “si algo le sucede a mi familia y a mí hago responsable a la familia y abogados de Juan Antonio Vera Carrizal, del Gobernador, el fiscal Arturo Peimber y los socios coludidos”. Explicó que será intervenida en una operación para seguir mejorando las cicatrices que le quedaron por el ataque con ácido.
“No es vanidad, es un derecho a reconstruirme porque yo no nací quemada y tengo todo el derecho de recuperarme porque no soy la víctima sumisa que al Estado le conviene, soy una viviente que lo único que busca es Justicia y que busca salir adelante a pesar de todas las obstaculizaciones”, sentenció la joven oaxaqueña.
“Es demasiado cinismo decir que Luz Raquel se quemó sola, que Debanhi se ahogó sola, no somos tontas": María Elena Ríos
María Elena Ríos asegura que gracias a que su caso fue mediático, las autoridades voltearon y sirvió para que soltaran un poco de ayuda, pero lamenta que en otros casos de mujeres quemadas con algún material corrosivo no se sepa nada, que estén en el olvido, y que este tipo de violencia comience a desfilar como algo cotidiana en la vida de las personas.
Los ataque con ácido crecen en México
Tan solo en el primer semestre del 2022, la Secretaría de Salud federal tiene registrados 47 casos de mujeres quemadas de manera intencional, cifra difícil de retomar o verificar por no existir un conteo oficial. En muchos de estos eventos ni siquiera son registrados como intentos de feminicidios por las autoridades.
Malena, como la llaman en su familia, cuenta que en el Estado de México existen casos donde los hombres arrojan a las mujeres a cables con corriente eléctrica y resultan con quemaduras severas, y aún no son catalogados como intentos de feminicidios y pasan desapercibidos por los medios de información.
“Son casos como Debanhi, recientemente de Luz Raquel, el reciente fallecimiento de Margarita, duele mucho y solamente muestra la representación de los pocos casos que se hicieron mediáticos, como el mío”, sentencia María Elena Ríos.
¿Cómo seguir después de un ataque con ácido?
Durante la entrevista telefónica con María Elena, pudimos ser parte de su día a día, mientras respondía nuestras preguntas vía telefónica, ella caminaba por la calle, conviviendo con comerciantes y haciendo sus compras, como un día normal. Pero nos platicó que es “complejo”, es la palabra que usa Malena para describir su situación actual, a casi dos años de que le arrojaron ácido en el rostro y parte del cuerpo.
“En el caso de las quemaduras, pues la verdad es que son muy complejos, porque primero te incapacita, yo actualmente sigo desempleada, me cuesta trabajo, reinsertarse en la sociedad, por eso no me atrevo a quitarme el cubrebocas, por el qué dirán, por las críticas, por las burlas, que de algún modo estoy trabajando en otro proceso, que son procesos psicológicos, psiquiátricos, también son procesos familiares”, confesó la joven.
El objetivo de María Elena Ríos es certero. Ella quiere lograr que se estructure una Ley federal que castigue ejemplarmente este tipo de violencia y que exista una reparación de los daños para las víctimas.
“Si yo logro que sentencien a mis agresores, no solamente va a cambiar mi realidad, si no va a cambiar la realidad y la fe de muchas mujeres”.
Y poco a poco, Malena está haciendo que la Ley se modifique a favor de las víctimas, en Oaxaca, por su lucha, se logró tipificar los ataques con ácido con penas de 20 a 30 años de prisión, además de una multa de doscientas a quinientas veces el valor diario de la unidad de medida y actualización, para toda persona que lesione el cuerpo de una mujer por razón de género, con cualquier tipo de sustancia corrosiva química.
“Es demasiado. Es demasiado cinismo decir que Luz Raquel se quemó sola, que Debanhi se ahogó sola. La verdad por eso hago un llamado al Estado federal, pero sobre todo prestar mucha atención a las Fiscalías que nos representan, que hagan su trabajo, hay presupuesto, se tienen que capacitar. No somos tontas”, sentenció María Elena Ríos.
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