POR VARIOS AÑOS

De reina de belleza a explotadora: Lili está acusada de esclavizar a jóvenes indígenas en Puebla

Fue vinculada a proceso por el delito de trata de personas, también se le impuso la medida cautelar de prisión preventiva

NACIONAL

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La exreina de belleza esclavizó a varias jóvenes indígenas. Créditos: Especial.

La trata de personas es un grave problema mundial, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advierte que no hay un solo país que no haya sido tocado por este delito, el cual tiene muchas caras, una de ellas es la explotación laboral. Recientemente se descubrió que en el estado de Puebla hubo varios casos de ello, pues una exreina de belleza explotó durante años a jóvenes indígenas en la sierra norte. Una de sus víctimas habló, gracias a ella se destapó la cloaca de horrores. 

De acuerdo con medios poblanos, la explotación que perpetró la mujer identificada como Lili Bustillos, cuyo nombre real es María Hilda “N”, duró alrededor de 30 años y sus víctimas se cuentan por decenas, aunque casi ninguna ha denunciado lo vivido, por lo que la justicia para ellas difícilmente llegará. Se aprovechó de la necesidad de las jóvenes y en muchos casos de su falta de acceso a la educación, pues varias de ellas no sabían leer ni escribir. Al principio colocaba sus anuncios en mercados o lugares populares, con la tecnología se extendió a las redes sociales. 

A principios de marzo fue detenida, dentro de una institución educativa, el hecho fue muy sonado en redes sociales y fue justo el cómo sucedió la razón por la que sus abogados defensores consiguieron que un juez la dejara en libertad, pero después se produjo otra detención, la cual fue realizada por elementos de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Puebla

Con falsas pronesas de trabajo engañ+o a las jóvenes. Foto: FB, Somos Radio Zacapoaxtla.

La segunda detención derivó en su vinculación a proceso por el delito de trata de personas en la modalidad de explotación laboral. También el juez le dictó la medida cautelar de prisión preventiva, la cual cumple en el penal de San Miguel.

Lili Bustillos nació en el municipio de Zacapoaxtla, fue ganadora de Nuestra Belleza Puebla en 1991, pero al parecer detrás de ese hermoso físico se escondía un corazón que no tenía nada que ver. De comprobarse su participación en los delitos de los que se le acusa, cambiará por varios años su ropa lujosa por un uniforme carcelario. 

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El destape de la cloaca

Fue en abril de 2022 cuando una de sus víctimas la denunció. Durante años vivió en condiciones de esclavitud en la casa de la mujer, ubicada en la colonia Jardines de San José, de la ciudad de Puebla. Relató que en 2017 encontró un anunció en el mercado de Zacapoaxtla en el que solicitaban personal doméstico. Llamó al número y se contactó con la mujer, la cual parecía muy amable. 

En la conversación la mujer le dijo que el trabajo consistía en limpiar la casa y cuidar a su hijo, que entonces tenía seis años. Le prometió un sueldo de 3,500 quincenales, descanso los domingo y hasta le ofreció que personalmente la llevaría para que no gastara en pasajes, por supuesto ella aceptó el trato. 

Toda la familia acudió a recoger a la joven. Foto: FB, Somos Radio Zacapoaxtla.

Personalmente fue a recogerla a su lugar de origen, iba acompañada de su esposo y sus dos hijos, un niño y una niña; la víctima narró a Ambas Manos que desde que llegó en su automóvil negro la mujer cambió de actitud y la amabilidad se esfumó, pero eso solo era el principio del infierno que le esperaba.

La víctima, que entonces tenía 22 años, comenzaba a las 6 de la mañana su día, el cual era arduo, barría la azotea, donde estaba su cuarto, después debía limpiar exhaustivamente cada rincón del lugar y en tiempos determinados, lo que implicaba salir a la calle debía hacerlo en pocos minutos, además se le prohibió hablar con los vecinos.  

Más actividades de las pactadas se incluyeron en su trabajo, debía cocinar, pero de esa comida no probaba ni un bocado, solo tomaba agua simple, aunque ella hacía de frutas. Narró que la mujer iba al mercado a comprarle lentejas, frijoles y tortillas, algunas veces echados a perder, pero era tal su hambre que se la comía. 

Además tenía que limpiar al perro y al gato, la obligó a trabajar enferma y si por algo no jugaba con el niño era regañada, pues el pequeño lloraba desconsoladamente. Fue él quien tras ser golpeado por su madre le reveló que a la anterior chica la golpeaba, por eso escapó. 

No podía salir de casa, un inquilino de la mujer la vigilaba, pero un día que fue por tortillas la encargada le dijo que a menudo cambiaba de empleadas, pues las maltrataba, intercambiaron teléfonos, aunque a ella se lo quitaban por la mañana y se lo devolvía por la noche. También le recomendó escapar lo antes posible. Así lo hizo pero recibió terribles amenazas ahora vive con miedo. 

No fue la única víctima, algunas de sus conocidas vivieron lo mismo, una tuvo que huir por la azotea para escapar del infierno y esclavitud a la que las sometía. Cabe mencionar que jamás se le pagó por ninguno de sus servicios. 

DMGS

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