Manuel Hernández Badillo, alcalde de Tula acusado por pobladores de posible uso indebido de recursos destinados a la recuperación del municipio y las familias afectadas por el desbordamiento del río en septiembre de 2021, es uno de los pocos personajes en cargos de gobierno y de representación que mantiene el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en Hidalgo, tras la desbandada de militantes del otrora instituto líder de la "izquierda" estatal para incorporarse al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Desde 2020 –un año antes de la anegación que dejó 17 muertos y 35 mil damnificados que, además de Tula, son originarios de Tezontepec de Aldama, Ixmiquilpan y Tlahuelilpan–, Hernández gobierna el municipio, una de las zonas industriales más importantes de la entidad, por la sede de la refinería Miguel Hidalgo y la Termoeléctrica Francisco Pérez Ríos, y también uno de los puntos de riesgo dentificados por el Ejército debido a la operación de grupos dedicados a la extracción ilegal de hidrocarburos.
El perredista llegó a través de una coalición con el Partido Acción Nacional (PAN) tras una carrera partidista y en los cargos públicos que inició hace 25 años, en 1998, cuando fungió como tesorero municipal, su primer cargo público de relevancia, por el manejo financiero y la proyección política que alcanzó.
Egresado de la licenciatura en Economía con especialidad en Federalismo Fiscal por el Instituto Politécnico Nacional (IPN), Hernández Badillo también laboró en la iniciativa privada como encargado de compras de Cementos Apaxco de 2000 a 2002, puesto que dejo para incorporarse, ese mismo año, al Congreso local como legislador, su primer y único puesto de representación hasta el momento.
Después asumió, por periodo de nueve años (2006-2015), el cargo de director de Evaluación de la Gestión Administrativa del Senado. Durante ese lapso tuvo posiciones partidistas: presidente del Comité Ejecutivo Estatal del PRD de 2004 a 2005, consejero nacional como representante de Hidalgo de 2008 a 2011, y delegado político del Comité Ejecutivo Nacional del sol azteca en Baja California, en 2015.
Durante su mandato ha enfrentado la violencia generada en su municipio por el narcomenudeo y el huachicol. En este territorio, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) identifica rivalidades por el dominio de ductos de Pemex entre grupos como el cártel de Palmillas o Los Hades, Pueblos Unidos –cuyos líderes fueron liberados por un comando de la cárcel de Tula en diciembre de 2021 al derribar la puerta del penal, en una operación en la que también detonaron vehículos–, además de Los Germanos y Los Rex.
En sustracción de crudo mediante tomas clandestinas, Tula forma parte de un polígono regional (en el Valle del Mezquital) en el que el ejército, en análisis realizados tras la explosión del ducto de Pemex en Tlahuelilpan en enero de 2019, acusa colisión política entre líderes del huachicol, más protección de corporaciones de seguridad, lo cual, asegura, ha permitido su crecimiento económico y capacidad de fuego, más su expansión territorial.
El munícipe ha sido acusado de posibles irregularidades en el manejo de recursos extraordinarios destinados a Tula tras la inundación. Entre éstos, los destinados a colchones rearmados, pero facturados con costo de nuevos, más obras supuestamente destinadas a fumigación que los habitantes reclaman porque desconocen en qué momento se realizaron.
También, damnificados reclaman que en su mayoría no han recibido los apoyos económicos que estaban comprometidos, los cuales, acusaban, eran insuficientes para reconstruir el patrimonio perdido por el desbordamiento del río Tula. En ese acontecimiento, igualmente reclamaron inacción de las autoridades municipales y estatales, hasta que el agua había alcanzado el primer nivel de las casas y empezaron entre pobladores a rescatar a quienes habían quedado atrapados.
SIGUE ÑEYENDO:
En Tula, dan a damnificados colchones con basura y chinches
La Auditoría Superior de Hidalgo encuentra observaciones por 60 mdp en 2021 en Tula
PAL