David Guzmán Gaspar, es un joven de 26 años, originario de Michoacán, que nació con discapacidad auditiva, condición que lo llevó a enfrentar el rechazo de la sociedad, las limitaciones para estudiar y las dificultades para conseguir un empleo.
Desde pequeño, David y su hermano, de 31 años, que presenta la misma discapacidad, tuvieron que abandonar su natal Uruapan debido a que ahí no había escuelas para personas sordas, por lo que emigraron hacia la capital Morelia, donde cursaron desde sus primeros estudios hasta la universidad.
Con mucho esfuerzo, y con el apoyo de intérpretes de lenguaje de señas, David logró graduarse de la carrera de Mercadotecnia, y se visualizaba como un hombre profesionista, con un trabajo estable; sin embargo, por su discapacidad, las empresas no lo consideraban apto para laborar.
“Estuve buscando la oportunidad, pero hay muy pocas oportunidades para personas discapacitadas. Me vine a Uruapan, pero, de igual forma, se complicaba mucho por el hecho de que a veces a las personas discapacitadas no nos toman en cuenta. Me proponían cosas, pero, al final, me daban largas”, compartió el joven a través de Enoc Rueda, un intérprete que lo asiste durante la entrevista.
Sin empleo y sin ninguna fuente de ingresos, David y su hermano decidieron registrarse en el programa federal Pensión para el Bienestar de las personas con Discapacidad Permanente, de la Secretaría del Bienestar, la cual, los apoya con un recurso económico bimestral de 2 mil 950 pesos que le son depositados en una tarjeta bancaria, a cada uno.
Este apoyo, asegura el joven discapacitado, ha cambiado su vida y su forma de verse a sí mismo, pues, anteriormente dependía de sus padres y familia y ahora, tiene la capacidad de aportar para los gastos del hogar.
“Antes mi familia era mi sostén y algunos compañeros me ayudaban en otros aspectos, pero un recurso económico del gobierno nunca lo tuve. Ahora, con esta pensión, apoyo en la casa para la alimentación y también lo destino a mis cosas personales, mi ropa y para transportarme”, indicó.
“Con este programa del presidente Andrés Manuel López Obrador, sin duda, todos nos estamos beneficiando mucho, tanto discapacitados auditivos, ciegos, o personas que no pueden caminar. Se le está poniendo más atención a este asunto de la inclusión.
Realmente logramos ser más independientes”, compartió Guzmán Gaspar. Al ver el entusiasmo de David, la delegación regional de Bienestar no solo otorgó una pensión al joven uruapense, también le ofreció un trabajo en el que pudiera ayudar a otras personas en su misma situación. Desde hace dos años, David es un servidor de la nación que, además, ayuda a otros empleados a aprender su lenguaje para poder brindar un mejor servicio.
“Trabajo en diferentes programas, sobre todo buscamos a personas con discapacidad o personas adultas llevándoles información del programa, entrega de tarjetas, matriculando personas para que sean beneficiarias, apoyando en distintos los programas dentro de la Secretaría de Bienestar, y también colaboramos en ayudar a los compañeros a aprender el lenguaje de señas, como siervo de la nación, les ayudo con mucho gusto a mis compañeros”, señaló.
Con la pensión gubernamental y un trabajo en el que se valora su empeño, David Guzmán dice sentirse un hombre pleno, satisfecho, contento y mucho más independiente, que se ha propuesto ayudar a personas con su misma condición.
“El hecho de que me dieran la atención y esta oportunidad para mí ha sido muy provechoso, me ha abierto las puertas para más cosas. Quisiera contribuir a que haya apertura para personas discapacitadas, los logros que yo he obtenido quiero que otros también los logren y que más puertas se sigan abriendo”, asegura David, antes de ponerse su chaleco que lo identifica como servidor de la nación para salir a laborar.
MAAZ
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