FEMINICIDIO DE SILVIA TINAJERO

Silvia Tinajero fue asesinada en el Hotel Rouge en Iztacalco; su feminicidio aún está impune

Hoy falta Silvia Tinajero, víctima de feminicidio, pero también víctima de corrupción, manipulación, culpa, violencia y mentiras de quienes -supuestamente- más la querían

NACIONAL

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El feminicidio de Silvia Tinajero es un caso muy “complicado y turbio”, así lo describen sus hijas menores, Diana y Nancy. Es un caso donde hay muchas personas involucradas, mentiras, familiares, intereses de por medio, víctimas indirectas, un hotel que está encubriendo y una mujer víctima de la expresión más extrema de la violencia de género. Es un caso en el que también, como muchos otros, no hay justicia. 

Silvia Tinajero, de 65 años, fue asesinada el 10 de diciembre de 2021 en el hotel Rouge, en la alcaldía Iztacalco de la Ciudad de México. Su feminicidio es parte de los 80 casos que fueron contabilizados aquel mes por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, y de los 980 registrados durante el año más violento, hasta el momento, para las mujeres en México.

Una vida de violencia y culpa

Para Diana y Nancy, recordar a su madre también significa recordar su difícil historia, la violencia y la profunda depresión con la que vivió durante años; sin embargo, cuentan que siempre trataba de hacer el bien y ayudar a las personas que tenía cerca.

Silvia Tinajero creció en un ambiente de pobreza extrema, siendo víctima de violencia desde muy temprana edad. Fue violentada por sus padres y no se le permitió ir a la escuela ni tener amigos; a los 17 años tuvo un novio a escondidas con quien huyó y se casó, pero fue víctima de maltrato físico y psicológico. Con esta primera pareja tuvo a su hijo y a su hija mayor; se separó y regresó a casa de sus papás y sus hermanos, quienes también ejercían control sobre ella y la golpeaban. Se volvió a casar con otra persona que también la violentaba, con él procreó a sus tres hijos más pequeños, un niño y dos niñas: Diana y Nancy.

Sus dos hijas menores concluyen que tanta violencia fue lo que la llevó a la depresión, además de que no fue tratada correctamente durante mucho tiempo y esto derivó a que fuese una mujer solitaria y de pocos amigos ya que le costaba muchísimo trabajo relacionarse con las demás personas.

Años atrás, solía dormir durante largos periodos de tiempo y estar días enteros sin levantarse de la cama; trató de suicidarse en más de una ocasión. Eran pocos los motivos que la hacían activarse, el principal: su familia. Diana y Nancy recuerdan que a pesar de todo, su mamá siempre se preocupó por sus cinco hijos y trató de cuidarlos con todas las herramientas y posibilidades que tenía. 

“Ella deseaba ser feliz, ella deseaba estar alegre, estar contenta, curarse su depresión… Siempre quería procurar lo mejor de su familia, siempre intentó darnos lo mejor”.

También, Silvia vivía con mucha culpa. Su hijo y su hija mayor, frecuentemente le reclamaban el haberse casado una segunda vez y haberlos abandonado por salir a trabajar en la imprenta que estaba al lado de su casa. Cargaba con el peso de “haber sido una mala madre” con ellos, pero incluso ya de adultos, ella siguió viendo por ambos, apoyándolos económicamente y con sus problemas; sin embargo, los reproches nunca cesaron.

Una relación, presiones y manipulaciones

De acuerdo con Diana y Nancy, cerca de un año antes de su feminicidio, Silvia comenzó a ser chantajeada y presionada por su hija y su hijo mayor para que vendiera la casa en donde su madre vivía junto con más personas de su familia. Sumado a que le empezaron a meter ideas en la cabeza de que otros familiares le querían quitar esa propiedad.

Al mismo tiempo, su hija mayor también le insistió para que aceptara salir con el hermano de su esposo; es decir, el cuñado de la hija de Silvia. Un hombre años menor que ella y quien presuntamente se dedica a la venta de droga; su nombre es Francisco. Él la envolvió y la enamoró, le prometió que se casaría con ella y Silvia cayó, empezó a mostrarse más animada, a hacer ejercicio y se la pasaba hablando por teléfono con él. También comenzó a mentirle a su familia y a salir sin avisar.

“La empezó a manipular emocionalmente, como mi mamá era una persona emocionalmente muy frágil, pues este hombre la envolvió… ya no la reconocíamos, le prometió como si fuera quinceañera, le había prometido que se iba a casar con ella y que iban a vivir en no sé dónde, así como un cuento de hadas y mi mamá se convirtió en otra persona”, describe Diana. 

Nancy, quien también vivía en la misma casa, al enterarse se preocupó por su mamá y reprobó la relación, por lo que la vigilaba muy de cerca con el la geolocalización del celular ya que sabía que Francisco le llamada seguido a Silvia para preguntarle sobre el testamento y las escrituras de la propiedad.

Esto desató en Silvia un sentimiento de paranoia y peligro de muerte, mismo que fue alimentado por Francisco y su hija e hijo mayor. También dejó de tomarse sus medicamentos psiquiátricos. Para ese momento, la mujer de 65 años ya no sabía en quién confiar. 

Conoce más del feminicidio de Silvia Tinajero

Hotel Rouge

Tras una discusión con Nancy, Silvia se salió de su casa y se fue a vivir al hotel Rouge, ubicado en Calzada de la Viga 591 en la alcaldía Iztacalco. De acuerdo con sus hijas, nadie sabía en dónde estaba viviendo excepto por Francisco y su hijo mayor.

Vivió alrededor de dos semanas en el hotel antes de volar a Austria para reunirse con su hija Diana, quien estaba al tanto de la situación y arregló todo para que viajara y pasara tiempo con ella y sus nietas. Durante ese viaje, Diana descubrió que su madre hablaba seguido con su hermano mayor y Francisco sobre la situación legal de la casa y la confrontó.

“Escuché que el hombre le estaba diciendo ´pero entonces sí fuiste a lo del notario, ¿dónde están las escrituras de la casa´, que si había ido a lo de la Fiscalía a levantar el acta contra mis hermanos por violencia intrafamiliar… también, mi hermano el mayor le estaba mandando mensajes de ´yo fui lo peor que te ha pasado en la vida´, así puro chantaje emocional”.

Silvia, con su frágil estado de salud mental, la paranoia y la manipulación, entró en crisis y pidió volver a México cuanto antes. Llegó a la capital el 27 de noviembre de 2021 y volvió a hospedarse en aquel hotel, que hasta ese momento seguía siendo una ubicación desconocida para la mayoría. Su hijo mayor fue el que la recogió del aeropuerto y la llevó ahí.

El feminicidio

Silvia vivió otras dos semanas en el Hotel Rouge hasta que fue asesinada. El 10 de diciembre de 2021 por la noche, la policía le dio aviso a la familia que habían encontrado a la mujer de 65 años muerta. Al reconocer el cuerpo en el SEMEFO, notaron que estaba toda golpeada y lastimada. Aunque en un principio las autoridades quisieron clasificarlo como suicidio, las evidencias sobre un feminicidio eran innegables y así es como fue clasificado.

De acuerdo con las investigaciones, Silvia murió entre el 8 de diciembre por la noche y el día 9 por la mañana, por traumatismo craneoencefálico y asfixia. La tráquea y ocho costillas estaban fracturadas; además presentaba golpes defensivos que indicaban que luchó hasta su muerte.

Fue el personal de intendencia del hotel quien la encontró el jueves 9 de diciembre, pero reportaron el deceso ante las autoridades hasta el día 10 a las tres de la tarde. Esta es una de tantas irregularidades del hotel respecto al feminicidio de Silvia Tinajero.

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Hotel que encubre feminicidio

“No tenemos pruebas de quién fue el que le quitó la vida a mi mamá, pero sí tenemos todas las pruebas de que el hotel está entorpeciendo el acceso a la justicia”, declara Nancy, quien enlista cada una de las irregularidades que giran en torno al caso de Silvia.

Primero, uno de los dueños del hotel negó que las cámaras de seguridad funcionaran, pero un exempleado confirmó que sí servían y los videos fueron entregados a las autoridades mes y medio después del feminicidio; sin embargo, estaban modificados. Además, el hotel ha mencionado que solo tres personas trabajaron aquel día, pero según lo que se ve en las grabaciones, había alrededor de 10 trabajadores.

La habitación del feminicidio fue limpiada antes de que llegara la policía, por lo que no pudieron encontrar evidencia sobre el o los agresores; incluso no pudieron localizar huellas de la víctima. Cinco días después, el cuarto ya operaba con normalidad recibiendo huéspedes.

Una persona relacionada al Hotel Rouge testificó de manera anónima diciendo que no es la primera vez que el lugar encubre un feminicidio, declaró que años atrás se encontró a una mujer decapitada en una habitación; los dueños del hotel mandaron a los empleados que trabajaron aquel día a descansar, la habitación fue limpiada y a los tres días volvió a operar. Respecto al caso de Silvia, se dice que el personal ha sido amenazado para no decir nada.

No se sabe con exactitud la relación del hotel en el caso de Silvia Tinajero, lo que sí se sabe es que Francisco presentó a la mujer de 65 años con uno de los encargados del lugar y su hijo mayor fue a visitarla el día de su feminicidio.

Por su parte, Nancy, Diana y otros familiares de Silvia han sido amenazados de muerte y amedrentados en diferentes ocasiones por estas dos personas y encargados del hotel.

El caso no avanza

A más de un año y medio del feminicidio, el caso avanza con notable lentitud. Nancy y Diana declaran que la Fiscalía pone trabas en la investigación y son ellas y el resto de su familia quienes deben de hacer el trabajo. Al tratar de hacer presión y buscar avances, la respuesta es negativa y de mala gana.

“Yo entregué un disco duro con unas grabaciones de una casa que apunta hacia la entrada del hotel, los de la Fiscalía después me dijeron que el disco duro estaba vacío, cuando yo vi los videos”, expresa Nancy.

Denuncian que la Fiscalía se tardó un año en entregar los resultados del raspado de uñas con el pretexto de que la máquina no servía, posteriormente les dijeron que habían perdido esos estudios.

“Les hice un escándalo porque me habían dicho que habían perdido el resultado del raspado de uñas y ese día me acusaron con la fiscal de feminicidios y así tan claro me lo dijeron: ‘si tú vuelves a ponerte en esa situación pesada en la que te pusiste, nosotros nos vamos a dar la tarea de rolar tu carpeta mesa, sobre mesa, sobre mesa y nunca se va resolver el caso de tu mamá’”.

Hoy falta Silvia Tinajero, víctima de feminicidio, pero también víctima de corrupción, manipulación, culpa, violencia y mentiras de quienes -supuestamente- más la querían. 

Por: María José Serrano Carbajal 

Edición: Adai Ruiz Montes de Oca