Los vientos secos conocidos como condición de Santa Ana provocaron que 14 casas se incendiaran en dos colonias ubicadas en Tijuana, Baja California, informó Protección Civil de la ciudad fronteriza.
Lamentablemente, en la conflagración de una de ellas perdió la vida una mujer de 68 años de edad, quien quedó atrapada entre las llamas y no pudo ser rescatada, a pesar de los esfuerzos realizados por elementos del Cuerpo de Bomberos local.
Los hechos ocurrieron en la colonia Lomas de la Amistad, ubicada al centro de Tijuana, donde los vientos de esta condición meteorológica avivaron el fuego, afectando a tres domicilios, incluyendo el de María Aurora Carmona, quien falleció al interior de su hogar.
“Me avisaron que la casa de mi mamá se había quemado y que ella estaba adentro. Desgraciadamente, ella se quedó adentro, no pudo salir”, declaró Jesús Carmona, hijo de la víctima, en un testimonio a una televisora local.
Se calcinan 11 casas más en el centro de Tijuana
En otro incidente, 11 casas se quemaron en su totalidad en la colonia Sánchez Taboada, ubicada a pocos kilómetros de la otra zona de desastre, dejando a decenas de personas sin un techo.
De acuerdo con los primeros informes, el incendio, ocurrido en la calle Casiopea de la colonia tijuanense, se habría dado entre casas construidas en un asentamiento irregular, lo cual facilitó la propagación del fuego.
A pesar de la gran conflagración, que provocó la movilización de cuerpos de emergencia locales, no se registraron heridos o víctimas mortales producto de este incendio, que inició durante la mañana del 31 de octubre.
¿Qué son los vientos de Santa Ana?
Vientos extremadamente secos y fuertes son la principal característica de esta condición, que recibe su nombre por originarse en el Cañón de Santa Ana, California, y la cual inicia generalmente durante el otoño, aunque puede ocurrir en cualquier época del año.
Según los meteorólogos especialistas en la materia, los vientos surgen en la zona conocida como la Gran Cuenca, en el desierto de Mojave, los cuales viajan hacia el Océano Pacífico, aunque van secándose durante su viaje.
Para considerarse parte de la condición de Santa Ana, los vientos deben tener una velocidad mínima de 50 kilómetros por hora, aunque pueden alcanzar rachas de 125 kilómetros por hora, lo que los hace casi tan potentes como los de un huracán.
La condición seca, no necesariamente cálida, y su potencia, hacen que esta condición favorezca la aparición de incendios, tanto forestales como en zonas urbanas, por lo que Protección Civil sugiere a la población cuidar las fogatas, no quemar basura ni tirar colillas en la vía pública.