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CRISIS MIGRATORIA EN CDMX

Migrantes rehacen su vida en tierra Azteca y vuelven a soñar en un futuro: "Mi objetivo es quedarme en México"

Cientos de personas, en su mayoría de origen haitiano, hacen largas filas para realizar el trámite en la Comar y así poder obtener su regularización

NACIONAL

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Cifras oficiales estiman la existencia de más de 300 migrantes instalados en la Plaza Giordano Bruno, de la colonia Juárez, alcaldía Cuauhtémoc.Créditos: Cuartoscuro

Es una tarde soleada de otoño en el centro de la Ciudad de México, camino sobre la calle de Versalles y el sonido de dos vasos chocando captura mi atención con dirección hacia una cafetería donde miro a una pareja de extranjeros disfrutando de sus alimentos. Su plática pareciera una combinación entre inglés y francés, lo desconozco. "More coffe, please", dice uno de ellos al mesero que de inmediato responde al llamado del cliente. 

A unos metros de distancia, sobre esa misma vialidad de la alcaldía Cuauhtémoc, también observo a otro grupo de extranjeros. Pero ellos no toman café ni piden la terminal bancaria para pagar los bocadillos. Ellos duermen al aire libre sobre colchonetas,  o una banca pública que han convertido en una cama improvisada. 

Las condiciones en las que se encuentran los migrantes, en su mayoría haitianos, son precarias
Foto: Cuartoscuro

Algunos otros han levantado sus casas de campaña en la Plaza Giordano Bruno, cerca del emblemático Museo de Cera. Para obtener un poco de electricidad y cargar sus celulares le piden prestado a los comerciantes de los puestos ambulantes una extensión que se alimenta de un poste de luz. Para conseguir un poco de Internet dependen del Wifi público que brinda el Gobierno capitalino. Ellos son migrantes, todos han iniciado un trámite para obtener un pase comunitario en la Comisión Mexicana de Ayuda a los Refugiados (Comar) que les permita rehacer su vida.

Los niños y niñas corren, juegan entre los pasillos multicolor que se han formado con las decenas de casas de campaña. También lavan su ropa con los bordes de las estatuas que hay en la zona, y de los árboles se cuelgan tendederos para la ropa. Incluso han colocado una silla para peluquero y cortarse el cabello con una navaja: pareciera que todos se conocen, desde el pasado mes de marzo cuando se instaló el campamento. 

Un porcentaje de los migrantes, aproximadamente el 70% desea seguir su camino hacia el norte, específicamente para Estados Unidos o Canadá. 
Foto: Cuartoscuro

Huir del país de origen para volver a hacer tu vida 

Weston Pierre se sienta sobre la banqueta, a unos metros del monumental campamento migrante que poco a poco ha ido creciendo en una de las colonias más antiguas de la CDMX, comenta que hace 23 días abandonó Haití para emprender una travesía por Guatemala, El Salvador, Nicaragua y México; un trayecto de más de 6 mil kilómetros realizado en autobús y en largas caminatas. 

"Desde hace mucho la situación en Haití está muy mal, no hay trabajo, hay mucha violencia y no tenemos presidente, es un caos. Me tuve que ir de mi país dejando a mi esposa embarazada, pero me preocupa porque ahora no tengo comida ni dinero para poder enviarlo para ella", declara en entrevista con El Heraldo Digital.

Weston era residente en la capital de Puerto Príncipe, donde dejó a su esposa Lili, quien está embarazada 
Foto: Alfonso Sotelo / Heraldo Digital

El hombre de 31 años, vestido con unas chancletas, pantalón de mezclilla y camisa azul, revela bajo la sombra de un árbol que es técnico en electricidad y plomería. Sabe 3 idiomas: español, inglés y francés. Se encuentra en búsqueda de empleo para poder sobrevivir hasta el 24 de octubre, fecha en la que la Comar (Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados) le daría respuesta sobre su documento de refugio para poder regularizarse en México. 

"Mi objetivo es quedarme en México para poder vivir mejor, traer a mi esposa y poder volver a rehacer nuestra vida, tener a nuestro hijo bien, que no le falte nada", agrega.

Las ojeras en el rostro de Weston son el reflejo de cómo se viven las noches y los días en el campamento. Señala que todos los días ha podido conciliar el sueño hasta la 1 o 2 de la mañana, para posteriormente levantarse a las 9 de la mañana, hacer su aseo personal y tratar de buscar una alternativa en espera de lo que digan las autoridades. 

De los árboles cuelgan tendedores para la ropa y los niños juegan entre las casas de campaña.
Foto: Cuartoscuro

De acuerdo con cifras de la Comar con fecha de corte del mes de septiembre, 112 mil 960 personas han solicitado la condición de refugiado en México. Los interesados en el trámite pertenecen a las siguientes nacionalidades: Haití con 37 mil 736, Honduras con 31 mil 055, Cuba con 12 mil 777, El Salvador con 5 mil 033 y Venezuela con 4 mil 784. 

Migración, una oportunidad para emprender y apoyar a tu misma comunidad

Unos policías, quienes se encuentran detrás de unas vallas metálicas, han montando una guardia en las inmediaciones de la Comar, inmueble que cubre su fachada con una manta que responde a la pregunta del por qué hay cientos de personas deambulando en calles como Roma, Lucerna y Lisboa, mezclándose entre turistas, vecinos, trabajadores de oficinas y construcciones. 

Ahí se encuentra José Ávila, migrante venezolano que desde hace 7 meses llegó a México, logró obtener su pase comunitario y aspira a que sus papeles sean aceptados para pisar suelo norteamericano junto con su esposa e hijo. Mientras eso sucede, el hombre de 31 años consigue ingresos mediante su proyecto de emprendimiento. Se trata de un servicio de comida corrida que instala todos los días a las afueras del inmueble gubernamental con un precio de 30 pesos, cuenta en entrevista a El Heraldo Digital.

Las filas que hacen todos los días los migrantes, en su mayoría haitianos, para ingresar a la Comar.
Foto: Cuartoscuro

"Junto con mi esposa Sara nos dedicamos a hacer almuerzos, ofrecemos arroz, frijoles, guisado y ensalada, entregamos aquí en la Comar o en los refugios donde se estén hospedando, ellos nos contactan y nos piden el número de paquetes", explica.

El originario de Ciudad Bolívar, quien también tuvo que cruzar Costa Rica, Colombia, Panamá y Perú, relata que antes de dedicarse completamente al negocio de la comida, laboró como ayudante en una taquería y un restaurante, vacantes que le funcionaron para conocer México y acostumbrarse al ritmo de vida. En un día pueden llegar a vender más de 50 paquetes de comida. 

Los migrantes deambulan entre turistas, vecinos, trabajadores de oficinas o construcción.
Foto: Cuartoscuro

Entre los trámites y las distancias, la otra encrucijada 

La página oficial de la Comar indica que los migrantes tienen un plazo de 30 días hábiles para presentar su solicitud después de haber ingresado a México, por lo que si se encuentra fuera de este plazo deberá explicar los motivos por lo que no presentó su solicitud en tiempo.

El proceso es largo, ya que implica realizar entrevistas y analizar caso por caso para poder regularizar. La anterior situación ha provocado que el Gobierno de la CDMX abra un albergue en la alcaldía Tláhuac, donde hasta el corte del mes de octubre, han sido atendidas más de mil 300 personas. 

Los migrantes tienen la posibilidad de bañarse y lavar su ropa en la alcaldía de Tláhuac.
Foto: Cuartoscuro

En el inmueble se ofrece servicio de alimentación, odontología y atención médica, tienen la posibilidad de bañarse y las mujeres embarazadas reciben atención especializada. Incluso los niños y niñas tienen actividades lúdicas mientras esperan el proceso junto a sus padres. 

Sin embargo, pese a los apoyos, las familias migrantes se siguen trasladando desde Tláhuac hasta la colonia Juárez para revisar su estado migratorio. Esto al margen de vecinos y comerciantes que piden a las autoridades abrir más espacios de atención para evitar aglomeraciones. Mientras eso sucede, como ha sido desde un principio, a los migrantes únicamente les quedan seguir esperando y caminando. 

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