EN COZUMEL

Frida explora las profundidades del mar entre el riesgo y la belleza: "es como volar"

En 2021, el embajador de la Unión Europea en México le entregó el premio al segundo lugar en un concurso de fotografía de biodiversidad mexicana

NACIONAL

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Cuando está ahí, no hay sonido, sólo algunas burbujas que salen de las mangueras que van de su espalda a su boca, su mirada sólo apunta adonde la luz de su lámpara señala, pero a su alrededor hay cientos o incluso miles de seres transparentes, con tentáculos, con texturas extrañas. Su cuerpo se relaja, sube y baja constantemente, no es un sueño, está buceando. Esa es la labor diaria de Frida Yolotzin Jonguitud Sámano, quien vive en Cozumel, en Quintana Roo, y es guía de buceo y fotógrafa submariana.

Ha capturado a increíbles especies. Foto: @frida.yolotzin.

Para conocer un poco de cómo es su interesante labor fotográfica, Frida platicó con El Heraldo digital. La también guía turística se levanta todos, desayuna y parte al puerto donde tomará un transporte acuático con camino al parque marino en el sur de la isla. 

Luego de 30 minutos de viaje, está lista; se coloca un traje, por lo regular de 1 mm, se echa a la espalda el tanque y las cuatro mangueras que cuelgan de él, una de ellas irá directamente a su boca, por donde respirará, también se atavía con un chaleco que se infla y desinfla para salir a la superficie, un reloj que le indicará cuando esté en peligro de presión y por último una máscara. 

Son escenas surreales. Foro: @frida.yolotzin.

“Por lo regular en todo el día usamos dos tanques de 12 litros de puro aire, no oxígeno, solo aire comprimido… Cada uno dura 45 minutos, es el tiempo promedio de cada recorrido… Al salir tienes que esperar una hora para que tu cuerpo se adapte a la presión”, contó Frida. 

¿Cómo empezó a fotografiar debajo del mar?  

La fotografía es algo que le ha interesado desde pequeña, aunque en realidad su conocimiento lo obtuvo sin estudiar profesionalmente, su primera cámara fue una Nikon coolpix, la cual obtuvo a los 17 años, desde entonces, no dejó de presionar el obturador. 

No es tan fácil capturarlos. Foto: @frida.yolotzin. 

“Yo estudié Biología, en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos… Me especialicé en biotecnología y fueron muchas horas en el laboratorio, yo trabajaba con bacterias y tenía que estar 25 horas, 36 horas en el laboratorio, entonces terminé mi tesis harta y decidí venir a bucear, mi plan era regresar a Cuernavaca (de donde es originaria) o a la Ciudad de México para hacer una maestría” 

Pero en Cozumel comenzó a bucear y a tomar fotos debajo del agua, le encantó y decidió quedarse. Ahora carga siempre su cámara Olympus y su GoPro, con las que captura imágenes que sorprenden. 

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Es como volar 

Frida se ha acercado a animales marinos que para muchos podrían ser intimidantes: las rayas, a tortugas gigantes, a tiburones martillo, pero no le da miedo, le fascina estar en el agua, moverse en ella y observar: 

A mí me gusta que es como volar… Nuestros pulmones funcionan como una bolsa que si respiras de tu tanque te subes un poquito y si exhalas bajas un poquito, entonces cuando tienes experiencia en esto aprendes a ir volando muy suavemente no te tienes que mover…”, explicó. Pero todo es cuestión de prestar atención, Yolotzin precisó que no hay sonidos cuando ella está abajo, no puede tocar, sólo sentir y ver. 

Los calamares son de sus favoritos. Foto: @frida.yolotzin.

La única mexicana en hacer un tipo de buceo “extremo” 

Frida ha llevado las cosas a otro nivel, pues también hace algo que se llama “buceo blackwater” que se realiza durante la noche, en aguas cuya profundidad puede alcanzar hasta los 600 metros. Se colocan luces que cuelgan desde la superficie y atraen a toda clase de especies. No ves casi nada, sólo lo poco que se aprecia con las lámparas. 

“Con una foto que tomé en este tipo de buceo gané un premio de fotografía y pusieron mi foto en el Museo Nacional de Antropología de Historia Natural en la Ciudad de México y me regalaron una cámara”, dijo orgullosa. Y no es poca cosa, recibió de manos del embajador de la Unión Europea en México el premio al segundo lugar en el concurso de fotografía de biodiversidad mexicana. 

Por ahora ninguna otra mujer mexicana realiza esta actividad que incluso fue nombrada como una nueva forma de arte contemporáneo. Ella expuso que con este método ha tomado muchísimas fotos de los calamares y tiburones, además de que ha visto animales que no tenía idea de que existían o que nunca habían sido registrados en México.

“Es lo que más me apasiona… Muchos días no nos alcanza para pagarnos, salimos con muy poquita gente entonces con esa gente tenemos que pagar el barco, el capitán, etc., pero mientras no nos cueste nosotros vamos a salir… Realmente me apasiona, porque lo hago en la noche, cuando hace frío y a mí no me importa no recibir ninguna remuneración ni nada, el hecho de llegar y ver lo que hice y los animales que capturé es mi paga”. 

No son extraterrestres. Foto: @frida.yolotzin.

Esto lo ha hecho durante el último año y medio, lo que representa cerca de 15 surgimientos nocturnos, en los cuales aprendió cosas muy importantes, como el hecho de no apuntar el flash o la luz directamente a ciertos peces o también a tomar video, que permite capturar más cosas. 

Ha visto cosas impresionantes 

Una de las cosas más alucinantes que ha visto fue en la isla de Malpelo, en Colombia, a 500 kilómetros adentro del mar Pacífico, donde vi escuelas de peces gigantescas, “eran millones de peces y te podías meter y ninguno te tocaba, solo sentías como no dejaban nadar en ningún momento”. También mantas gigantes y tiburones ballena.

Es un trabajo que le apasiona. Foto: @frida.yolotzin.

También cosas en menor escala son sorprendentes, como los calamares, que son de sus favoritos, “hay unos animales que se llaman argonautas que son como en la cadena evolutiva pre pulpos, entonces no tienen todavía como como tentáculos, ni un cuerpo ni un cerebrote, son como una bolita que tiene como extremidades muy chiquititas y wow”.

También es peligrosos  

Bajar mucho puede ser peligroso, al pasar la barrera de los 30 metros comienza la narcosis, no llega suficiente oxígeno al cerebro, la presión crece y los buzos comienzan a sufrir de mareos. Eso no es lo peor, el miedo se siente cuando caes en una corriente mariana. “Te jalan,  hace un par de días aún puso se lo llevó la corriente y es que eso no, yo creo que eso es lo que más me da miedo porque eso no lo puedes controlar es así como en Nemo… Estaba con su familia y nada más a él se lo llevó”.

El mar guarda seres muy interesantes. Foto: @frida.yolotzin.

Ella misma fue víctima de estas corrientes, en una ocasión fue arrastrada hacia un crucero, pero afortunadamente no pasó a mayores: “eso me da miedo que la corriente me lleve a lugares donde salgan las cosas mal… Y creo que no hay nada que puedas hacer porque es impredecible, en el mejor de los casos, agarrate de algo inflar tu chaleco y buscar salir de la dirección en la que va”. 

Sin embargo, pese a lo que todos podrían creer, la fauna marina no representa un riesgo “aquí en Cozumel no hay reportes nunca de que algún animal ataque, sí pasan muchas fatalidades pero la fauna marina nunca es la culpable”, e incluso, para reforzar su punto, mencionó que ha nadado muy cerca de las rayas látigo, una de esta especie mató al famoso Steve Irwin. 

Desafortunadamente el machismo está presente 

Pese a que todo suena maravilloso, hay algo que no lo es: muy pocas mujeres en las excursiones, “hay muy poquitas, eso no me gusta, sí me siento un poco en desventaja”. Sin embargo, esto hace su labor más importante, ya que con su ejemplo puede llegar a motivar a más chicas para hacerlo. 

No hay riesgo con la fauna marina. Foto: @frida.yolotzin.

“Necesitamos estar ahí más, el otro día fui a bucear con cinco hombres y sólo era yo no, entonces sí se ve muy fuerte como todavía tenemos como un porcentaje más bajo, pero yo espero que sí, que las inspire más y que que se dediquen a esto porque está increíble”, reflexionó. 

Va en ascenso y no parará 

Es tan buena en lo que hace que saldrá en una serie de National Geographic, para Disney Plus, en el tercer capítulo de “Never Say Never with Never Say Never with Jeff Jenkins”, en el cual llevó a un viajero a conocer a los tiburones ballena.   

Además, espera dar otro paso en su carrera y aplicar a algún centro de investigación, por lo que se certificará como instructora de buceo y así calificar para un empleo en el que pueda seguir con la fotografía submarina, como aquellos para identificar especies marinas con la finalidad de preservarlas y precisan justamente de las habilidades que ella tiene.  

“En algunos te pagan por ir a lugares a tomarle fotos a los animales y después meterlas a softwares de identificación, entonces es sacar muchas fotos y así crear sistemas de protección”, refirió.  

Espera generar empatía 

Todas las maravillas que registra con su cámara no persiguen fines estéticos, Frida quiere generar empatía: “Me gustaría que la gente tenga idea, por ejemplo, de que los pulpos son seres sintientes y pensantes… Ojalá que algunas reflexionen y dejen de comer pulpo o sean conscientes de sus consumos… O decir: ‘prefiero verlo que comérmelo’ y no aportar a toda esta industria, aquí tenemos el parque marina y se supone que no se tiene que pescar, pero cuando somos los primeros en llegar para bucear siempre hay pescadores… Entonces eso es lo que más me gustaría transmitir y lo que trato trato de no ser tan intensa porque antes lo fui… pero al menos plantar una semillita”, concluyó. 

No planea dejar de hacerlo. Foto: @frida.yolotzin. 

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