Como consecuencia de neuritis óptica, una enfermedad del sistema inmunológico, Adelina Sereno Villaseñor perdió la vista a los 29 años, con una bebé de cuatro meses de edad; tuvieron que pasar nueve años para encontrar a Vemos con el Corazón, institución de asistencia privada, donde aprendió a ser independiente, a desarrollar su capacidad creativa y a conseguir un empleo.
En el Estado de México, la población con problemas de la vista aumentó de 162 mil 243 registrados en 2010 a un millón 311 mil para 2020, de acuerdo con el Inegi.
“En tratamientos y médicos terminamos muy endeudados, yo aprendí a cumplir con mis funciones como ama de casa; en Vemos con el Corazón tomé todos los cursos posibles; en realidad renací porque me enseñaron a ser funcional con lo que tengo. Muchos años estuve deprimida, pero luego de un año de capacitación me contrataron para enseñar manualidades a otros”, comentó Adelina.
En promedio, Vemos con el Corazón atiende a 80 pacientes de todo el Edomex cada año, desde bebés hasta adultos mayores en sus instalaciones de Toluca y Axapusco, donde también llegan personas de otras entidades.
La directora de la institución, Ana Silvia Naime Atala, destacó que 100 por ciento de los alumnos que perdieron la vista en la vida adulta también se quedaron sin empleo, por lo que resulta fundamental su reintegración a la vida laboral y social.
Vemos con el Corazón ofrece 20 talleres divididos en cuatro temas: Habilidades para la vida, donde enseñan desde vestirse y asearse, labores domésticas y cómo moverse en transporte público; Inclusión educativa, con cursos sobre Braille, matemáticas, computación, inglés y técnicas de estudio.
En Inclusión laboral les enseñan manualidades, repostería, masoterapia, entre otros. Y en Inclusión social aprenden a relacionarse con otros.
“La vista es el sentido con el que aprendemos a conocer el mundo; pero cuando nace un bebé con esta condición no saben cómo enseñarle, lo tienen aislado; y cuando alguien pierde la vista en la edad adulta, también pierde todo lo demás”, comentó Naime Atala.
CAR