La tenacidad, la persistencia, el talento y las ganas de salir adelante llevaron a Gustavo a cumplir su sueño de bailar en la gran fiesta de los oaxaqueños La Guelaguetza, en la rotonda de las azucenas.
Gustavo Sánchez Morgan es un joven de 20 años originario de Juchitán de Zaragoza, Oaxaca. Nació con la discapacidad auditiva y de lenguaje, pero es un excelente danzante que ha conquistado los corazones de miles de personas.
En un principio por su discapacidad fue rechazado de los grupos de danza, pero tuvo la aceptación de sus compañeros en la secundaria donde estudió y el apoyo de su profesor de danza, que lo acompañó junto con sus padres a lograr cumplir esta meta.
Sebastiana Morgan, madre de Gustavo, acompañó a la delegación de Juchitán, Oaxaca, a la Guelaguetza, y desde el banquillo donde se encontraba, disfrutó al ver a su hijo cumplir sus sueños, y lograr bailar en este escenario, donde se presentan los bailes de las ocho regiones que integran el Estado de Oaxaca.
En la Octava del Lunes del Cerro, la Delegación que representó a su natal Juchitán, se presentó con bailes tradicionales, las mujeres con el atuendo de flores multicolores, y los hombres portando la guayabera blanca, pantalón obscuro y un charro 24.
La sonrisa en el rostro de Gustavo era notoria, su alegría de participar en la máxima fiesta de los oaxaqueños, contagió a los presentes, y los aplausos no se hicieron esperar mientras la elegancia acompañaba los pasos del son de la región del Istmo de Tehuantepec.
Al cierre de la presentación del grupo de danza, Gustavo pisó nuevamente el escenario, pero ahora para danzar el baile de los enmascarados, con un látigo daba saltos al ritmo de la flauta y el tambor zapoteca.
Así fue como el hijo predilecto de Juchitán, que a pesar de poder oír ni hablar, demostró que nació con el talento para poder bailar en esta fiesta, que hermana a todas las etnias de la entidad Oaxaqueña.
PAL