Han pasado cinco días desde que el yate FORTIUS se incendió frente a Balandra en La Paz, Baja California Sur, y la fuga de combustible no ha cesado. Después de que se han retirado cerca de 10 toneladas de combustible de la reserva natural, el diésel sigue derramándose.
La madrugada del domingo 21 de agosto la embarcación con ocho turistas extranjeros y cuatro tripulantes abordo, se incendió cubriendo las aguas turquesas de la "playa más bonita de México" con combustible, hollín y cenizas, provocando un daño ecológico de grandes proporciones.
Versiones indican que los paseantes violaron los estatutos de la zona protegida y usaron bengalas que pudieron haber causado el incendio.
Y es que los restos del yate siguen sumergidos a unos 200 metros de la zona conocida como Playa del Hongo. Así lo informó a medios locales la alcaldesa de La Paz, Milena Quiroga. "El barco todavía está ahí, el objetivo es sacarlo, estamos revisando la parque jurídica pues el propietario no ha presentado a la empresa que lo va a retirar".
Quiroga informó que la Procuraduría de Protección Ambiental (Profepa) ya presentó cerca de tres demandas en contra de quien resulte responsable por los daños en un ecosistema reconocido internacionalmente por sus mangles únicos y como Bien de la Humanidad.
Balandra fue cerrada al público de forma indefinida. Los equipos de Protección Civil y la Marina continúan limpiando y evaluando los daños.
Piden castigo ejemplar ante catástrofe ecológica
Miguel Rivas, Director de Santuarios Marinos en Oceana, exhortó a las autoridades a marcar un precedente ante la contingencia ecológica en Balandra.
“Es fundamental preservar efectivamente las Áreas Naturales Protegidas de México, que se determinen los impactos de este accidente y se apliquen sanciones ejemplares. Profepa debe establecer las sanciones correspondientes de acuerdo a la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente", expresó en un comunicado de prensa.
Oceana manifestó que la zona es sensible a otro suceso similar por la falta de vigilancia: "Las Áreas Naturales Protegidas de México son vulnerables, pues no tienen las herramientas para implementar los programas de manejo. Balandra es un ejemplo de ello, donde las embarcaciones incumplen constantemente horarios de visita e ingresan más de 400 personas diarias, que es el máximo permitido. Esto debido a la falta de inspección y vigilancia para lo que se necesitan recursos humanos, técnicos y económicos".
La organización manifestó que el plan de manejo del Área Natural Protegida establece que no debería haber embarcaciones motorizadas, situación que el dueño del yate claramente violentó. "La sanción tiene varias faltas: haber entrado, haber jugado con bengalas y el derrame con contaminación. Se trata de un deliberado incumplimiento del programa de manejo por zona y horario".
BALANDRA: EL ANTES Y EL DESPUÉS DEL DESASTRE ECOLÓGICO