Durante la tercera ola de COVID-19 siete de cada 10 mexicanos se atendieron en el sector privado, de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
Según las cifras de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2021, misma que se llevó a cabo de agosto a noviembre del año pasado, el problema actual recae el en las secuelas del virus, ya que 62.5 por ciento de quienes fueron diagnosticados con COVID-19 presentaron secuelas, de los cuales, al menos 34.4 por ciento fueron persistentes.
En la presentación del informe en el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE), Arantxa Colchero, investigadora del organismo, insistió en la necesidad de contar con un sistema público de salud más fortalecido e invertir en la prevención para reducir el panorama de afecciones.
Lo anterior debido a que los consultorios anexos a farmacias, mismos que de acuerdo con la especialista “no deberían existir” representan la segunda opción privada a la que los usuarios acuden ante algún padecimiento.
“Las personas que acuden a este tipo de atención tienen la sensación de que el costo de las consultas en estas farmacias es bajo; sin embargo, el desembolso en medicamentos es alto”, indicó.
Además, recalcó que en dichos consultorios muchas veces no se cuenta con médicos especializados, lo que deriva en un mal diagnóstico y mayor gasto de bolsillo, pues a pesar de que las consultas son baratas, los doctores se ven obligados a recetar medicamentos extra para beneficiar a las farmacéuticas en las que trabajan.
Al respecto, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, indicó que la vacunación contra la COVID-19 tuvo un rol fundamental en la prevención de secuelas graves del virus y la reducción en la mortalidad en la quinta ola.
No obstante, aseveró que la pandemia dejó tres grandes lecciones para los mexicanos en materia de salud.
Detalló que una de ellas fue la desigualdad social en la que vive 60 por ciento de la población del país, así como las comorbilidades, mismas que, ante una pandemia detonan más complicaciones en el organismo.
“Los alimentos procesados predominan en los mercados y las mesas de los mexicanos desde los años 80s y causan enfermedades”, recalcó.
Además, indicó que el sistema de salud nunca alcanzó a asegurar la cobertura de una sociedad en crecimiento, por lo que el actual organismo tiene un reto muy grande a vencer, ya que se calcula que, hasta noviembre de 2021, 54 por ciento de los mexicanos carecía de derechohabiencia.
Por ello recalcó la importancia de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, ejercicio que desde 2020 se lleva a cabo de forma anual con el fin de detectar las carencias de la ciudadanía y crear estrategias públicas para atenderlas.
dhfm
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